Dios bendiga tu destrucción

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Angie volvió a darle fuerza a sus ojos enrojecidos y se acercó al escritorio. Luego recogió la carta y, en medio del sobre, rasgó lentamente el sello Blackwell. La primera carta fue abierta.

[ Mi querida Angie,

Creo que debes haberte sorprendido por la repentina noticia del matrimonio. Quería decírtelo yo mismo, pero no pude. Si voy a tu casa, será el resultado de reavivar los rumores que se han quitado de encima. No quiero que tu reputación sea cuestionada de nuevo.

No importa, porque nuestra relación es una verdad honesta. Nadie en esta isla se atreverá a señalarte con el dedo. Si hubiera un hombre así, nunca lo dejaría ir, sin embargo, no soporto que te estigmaticen por mi culpa.

Angie. Todo lo que he dicho hasta ahora es verdad. Es la verdad sin una sola mentira, así que por favor créelo. He oído que no te sientes bien, pero pensando en mi corazón que te espera, espero que vengas esta noche al 'Jardín de Generalife'. Quiero hablar contigo cara a cara. Enviaré un carruaje.

-De tu amado Kay. ]

No hubo negación ni disculpa del matrimonio. Angie se quedó parada un momento y abrió la segunda carta que Jerome había traído la noche anterior.

[ Mi querida Angie,

Esperé anoche sin siquiera dormir, pero no viniste. Es desgarrador oírlo, pero ¿no puedes escucharme solo una vez? Mírame a los ojos y escúchame por una vez. Por favor, Angie. No habrá más mentiras. No, no hubo ninguna mentira desde el principio.

El matrimonio con Dervan es un hecho establecido desde hace mucho tiempo. No puedo evitarlo por ahora. Pero esto es sólo un matrimonio formal. Lo juro por Dios, este matrimonio es en realidad una mentira. No hay nada más verdadero que mi amor por ti.

Te amo, Angie. No puedo vivir si rechazas mi amor. Todo se hará realidad como lo prometí. Estoy planeando llevarte a la capital. Todo lo que tienes que hacer es confiar en mí, Angie. Te lo ruego.

Te daré un día más. Pasado mañana por la tarde, enviaré un carruaje al lado de Jerome nuevamente, así que por favor ven a verme entonces.

-De tu amado Kay. ]

La carta cayó de la punta de los dedos de Angie. El papel blanco y puro revoloteó como una mariposa por un breve momento, para luego caer directamente al suelo.

Angie se sentó y enterró la cara en su regazo. Al final, nada cambió.

Desde el principio, me querías como tu amante. El joven maestro.... fue así desde el principio.

Rompió a llorar. Se sentía como si alguien apretara su corazón con fuerza. Le dolía tanto que no podía respirar bien.

Angie se sentó en cuclillas en el suelo durante mucho tiempo, encogiéndose de hombros. El largo y codiciado cabello rubio descendía sobre su columna vertebral y cubría la alfombra. A pesar de que llevaba varios días sin cepillarlo, el brillo del pelo oscuro de color miel seguía siendo el mismo.

* * *

Esa noche, la lluvia y el viento, que comenzaron alrededor de la puesta del sol, arrasaban con fuerza. El sonido del viento silbando y haciendo eco en su oído sonaba como un tinnitus aterrador. Hubo varios destellos de luz en el cielo oscuro, pero extrañamente no hubo truenos.

Michael estaba sentado en cuclillas en el acueducto, dentro del agujero que había sido perforado detrás de la pared de la escalera subterránea. Era un espacio que nadie conocía, a excepción de él. Siguiendo el sonido de los pasos, el sonido de alguien llorando subió por la pared.