Dios bendiga tu destrucción

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Las chicas alrededor de la mesa bajaron la voz, siguiendo la ancha espalda del muchacho con la mirada.

—¡Michael es tan amable! ¿No es su rostro y aspecto similar a los nobles caballeros?

—Sí. ¿Es porque desprende dignidad? Es realmente guapo. En realidad, el maestro Kyle es mi tipo favorito, pero.... El joven maestro es un hombre muy distante, en cambio es fácil acercarse a Michael.

—Michael está dentro de nuestro alcance, de hecho. ¿Sabes? Podría interesarse en cualquiera de nosotras.... Jeje. Pero Angie, ¿ustedes deben haberse acercado bastante mientras trabajabas como sirvienta? Al verlo llevar tu equipaje a casa así, ¿acaso son más que amigos?

Todas las chicas se lamentaron por la especulación de Emma y expresaron su decepción.

—¿Uh? ¿Es realmente así? Ustedes dos se ven bien juntos, pero aun así.... no puedo evitar estar desanimada. Snif...

—¿Qué? ¡No es así!

Avergonzada, Angie agitó las manos en señal de negación, y susurró en un tono muy bajo, preguntándose si su madre, que se encontraba en la cocina, las había oído.

—Michael y yo sólo somos amigos. Así que, por favor, no difundan falsos rumores....

—Bueno, si tú lo dices. Por cierto, Michael es el sobrino de la señora Hester, ¿verdad? ¿Michael es hijo de Edith Randall, la hermana mayor de la señora Hester, y quien murió hace mucho tiempo?

—Bueno, no lo sé, pero escuché que era un hombre rico. Su padre murió durante la guerra, y su madre llegó a la isla junto con la señora Hester mientras estaba embarazada.

—Ya veo. Tal vez porque es muy guapo. Si te fijas bien, se parece un poco al difunto Duque.

Ante las palabras de Emma, ​​María y Stephanie asintieron con la cabeza.

—¿Verdad? No soy la única que lo piensa. Si al menos su color de pelo fuera negro como el de Edward... Oh, si Michael tuviera una expresión tan fría e inexpresiva como la del joven maestro Kyle, ¿no serían entonces ambos muy similares?

—¡Eso es cierto! Pero Michael no puede parecerse al joven maestro. El entorno que desprenden es muy diferente.

—Correcto, el joven maestro es tan guapo y perfecto.... Definitivamente el joven maestro es más de mi gusto, sin embargo, todavía me da un poco de miedo.

Las chicas juntaron sus manos y se estremecieron, encogiéndose de hombros. Angie miró a sus amigas con una mirada perpleja.

—¿Tanto temen al joven maestro?

Desde luego, como criada, el ambiente era muy diferente, porque tenía un rostro frío y severo cuando lo veía desde lejos. Pero nunca ha sentido miedo. ¿Será porque es tan suave y amigable cuando están solos?

—Por supuesto, Angie. ¿No tienes miedo?

Antes de que pudiera responder, la puerta trasera se abrió y los dos hombres volvieron a entrar. Zachary le tendió la caja que Jerome le había pedido que entregara.

—Aquí tienes, parecen caramelos.

—Gracias, tio Zachary

Angie tomó la caja y la dejó sobre la mesita de noche. Luego, mientras Zachary y Michael recogían el té y las galletas que quedaban en el salón, invitó a sus amigas a su habitación y distribuyó las velas aromáticas que la señora Dunst le había regalado.

—Oh, es una cosa preciosa que se usa en la mansión del Duque, ¿realmente podemos tenerla?

—No hay problema. Ya que sobran bastantes, pueden llevar dos cada una.