Dios bendiga tu destrucción

16

—Me duele el corazón cuando pienso que no podré verte durante tanto tiempo.... Es tan doloroso que apenas puedo respirar.

¿Y si el tratamiento no va bien? ¿Qué pasará con Kay? ¿Es posible que nunca más vuelvan a verse?

No se atrevió a decir la última pregunta. Sin embargo, aunque no tuviera que decirlo, la otra parte parecía estar adivinando de cerca sus pensamientos.

—Estoy seguro de que lo lograré. No importa lo difícil y doloroso que sea.... me curaré, Angie. Así que, por favor, espérame hasta que regrese. Y cuando vuelva....

Los ojos rojos y húmedos de Angie se abrieron de par en par ante las siguientes palabras.

—Voy a anunciar oficialmente nuestra relación.

—Jo– joven Kay....

—Estoy convencido de que sientes lo mismo que yo.

Su mano se estiró y apoyó suavemente la cabeza de Angie.

—Te amo, Angie. ¿Desde cuándo?.... Creo que fue desde la primera vez que entraste en esta habitación. He llegado a pensar solo en ti. Esperaba con ansias el día que vendrías.... Desde el momento en que me acerqué a la ventana para verte subir al carruaje, estaba tan emocionado que no supe qué hacer. Mi corazón estallaba de alegría y gozo. Me alegré de oír tus pasos subiendo las escaleras, y me olvidé por completo de que sufría dolores y convulsiones todos los días.

—Joven Kay.

Ahora el corazón de Angie latía desbocado por la emoción. ¿Cómo puede suceder esto? ¿Cómo puede amarla un hombre tan importante y hermoso?

—Te amo, Angie. No importa lo que pase, tendré éxito en el tratamiento y volveré a tener un cuerpo completamente sano. Ahora no tengo los anillos.... Por eso no puedo arrodillarme y pedir cortésmente que te cases conmigo.

Los ojos de Kay se iluminaron con una sonrisa triste por un momento. La risa pronto desapareció y la seriedad llenó el lugar.

—Definitivamente volveré cuando me recupere. Entonces.... me aceptarás cuando vuelva, ¿verdad?

Angie se quedó sin palabras por un momento. Era la primera vez que estaba abrumada por una emoción tan compleja e indescriptible. No es común que en una persona coexistan al mismo tiempo la alegría y la tristeza, el alivio y la confusión, la emoción y la ansiedad. Ella respondió tartamudeando.

—Joven Kay. Ahora, no lo sé, yo.... Estoy segura de que me gusta, joven Kay, pero no estoy segura de que esto sea amor verdadero.

Kay escuchó en silencio a Angie sin cambiar de expresión. Era demasiado joven y pura para definir sus primeros sentimientos de amor.

—Sin embargo.... Puedo decirte esto con seguridad. Me gusta mucho Kay. El joven Kay solo es superado ligeramente por mi familia, no, tal vez en una medida similar.... Es una persona muy especial para mí.

Por eso, cuando no podía reunirse con él a veces, lo echaba mucho de menos y se preocupaba de que su estado pudiera empeorar. Por eso estaba tan desconsolada y triste al saber que no podrá verle durante al menos unos meses.

—Tú también me amas, Angie.

Kay habló con calma y firmeza al mismo tiempo. Una de sus manos se acercó y sostuvo la mejilla de Angie.

—Imagina el peor de los casos. ¿Y si.... y si fracaso en el tratamiento y no puedo volver? Entonces, no podremos volver a vernos nunca más.... ¿Qué piensas?

El corazón de Angie se desplomó. Aunque era una suposición, con solo imaginarlo hacía que su corazón se estrujara aún más. En realidad, no hay probabilidad de que esas suposiciones realmente ocurran, pero aun así, el solo pensarlo fue una tortura.