Parte 3

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Narra Amira:

— Gracias por acompañarnos en el almuerzo, chicos. - Habló la señora Alma antes de permitirnos comer.

Agus y yo nos miramos y sonreímos a la mujer como forma de agradecimiento.

— Gracias a usted por invitarnos. - Dijo mi hermano.

— Y a Julieta por cocinar demás para nosotros. - Continué.

Ella me miró y me sonrió amablemente. Su pequeña y tímida sonrisa hizo que mis mejillas se pusieran rosadas. Le devolví el gesto y giré mi rostro viendo la comida. No quería que se me notara mucho el sonrojo.

Perate...

¿Por que me sonrojo carajo?

Todos comieron en silencio por un buen rato, hasta que Pepa y Bruno empezaron a molestarse entre si.

— Te dije que no. - Una nube.

— Que si. - Ojos brillando.

— ¡Que no! - Un trueno.

— ¡Apostemos entonces! - Una sonrisa maliciosa.

— ¡Bien! Apostemos el desayuno de la próxima semana. - Un rayo que voló directo a la cabeza del peli negro. Suerte fue la que tuvo cuando este se agachó y el rayo dio en el piso.

— ¡Como quieras! De igual forma yo ganaré. - Sus ojos verdes dejaron ese deslumbrante tono brillante que lo hace ver tan espeluznante ante la gente del pueblo.

Ambos habían hecho el trato y para sellarlo estrecharon sus manos.

Julieta y Alma miraban la escena aburridas. Sabían algo que Pepa aun no había captado. Gus y yo solo nos quedamos perplejos, se parecían a nosotros cuando comemos en casa jaja. Creo que es cosa de hermanos eso de pasársela peliando cómo perros y gatos.

La pelirroja siguió comiendo aun medio molesta y con la nube sobre su cabeza que lo demostraba, tragó grueso después de unas cuantas cucharadas cuando se percató de algo.

Su nube creció, se hizo mas oscura y los truenos, relámpagos y rayos se hacían presentes. Bruno salió corriendo como un niño pequeño, pero en lugar de parecer asustado se fue riendo.

— ¡¡Serás, pinche Bruno Madrigal!! - Se levantó de golpe y empezó a corretearlo por toda la casa. - ¡¡Ven aquí pendejo!!

— Con cuidado Pepa, no quiero que mates a tu hermano. ¡Lo digo enserio! - Alma puso su mano en su frente y se acomodó el cabello. - ¿Tienes arepas extra, Juli?

— Si mamá, no te preocupes, en un rato se cansan. - Ambas seguían comiendo como si nada, Agustín y yo estábamos cagados de la risa a pesar de no saber que paso exactamente.

— ¡Jajajaja! ¿Po-por que se persiguen? Pfft... - De solo ver a Bruno correr, saltar y gritar como niña mientras su melliza lo correteaba y le lanzaba rayos intencionalmente, era una escena de película.

— Jeje, Bruno ve el futuro ¿recuerdan? Aceptó la apuesta porque sabe que ganará.

***

Luego de una media hora, ambos hermanos llegaron a los pies de Julieta cansados de tanto correr, llenos de barro, su ropa medio rasgada y con toques negros de los leves rayos de Pepa. Aun que lo que mas sobresalía y llamaba la atención eran sus "maravillosos" y desordenados cabellos.

— Bien, aquí tienen. - Les entregó unas arepas.

— Gracias.. - Dijeron al unísono y tomaron caminos diferentes.

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora