Parte 30

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¡¡AHHH!! ¿Como que 30? 🙂🔫

Narra Julieta:

Estuve todo el día de pie, no tuve tiempo de darme un solo descanso y menos para almorzar. Comenzaba a creer que las personas de este pueblo se lastimaban a si mismos para comer...

Enserio estaba agotada..

Pero no es como si fuese la primera vez que esto pasaba. Cuantos almuerzos, desayunos, cenas me he saltado por situaciones diversas.
Con el paso de los años comenzaba a hacerse una jodida costumbre.

— ¡LLEGUE! - Casita notó mi cansancio y con las cerámicas del piso trajo un banco en el que deje las canastas de comidas y frascos.

Mis hermanos fueron los siguientes en aparecerse.

— ¡Juli! - Mi hermano 'menor' se acercó y me abrazó, lo miré extrañada puesto a que esto no era algo muy, muy común de su parte. Bruno era mas una persona cerrada.

— Wow, ¿estas bien, Bruno? - Pepa nada mas se paro en frente de nosotros, observando a nuestro mellizo con una especie de desagrado y sus brazos cruzados. Conocía esta escena.

— No puedo vivir tanto tiempo solo con ella. ¡Esta loca! - Y, ¿que espera que haga? Ya lo sabía.

— ¡Ahg! Por supuesto, solo te pedí una visión. ¿Es mucho? - No tenía tiempo para esto.

— Chicos, deberás estoy cansada. ¿Podrían arreglar sus problemas ustedes mismos? Creo que si mal no estoy, tenemos la misma edad, lo que quiere decir que tanto como yo, pueden actuar maduros por al menos una sola vez en sus vidas. - Mis hermanos abrieron sus ojos de par en par, ya se que no me veían así a menudo, pero siempre ahí excepciones.

— ¿Que hay de la cena?

Joder la cena.

Que se chingue la cena.

— No se. Preparen arroz con huevo. - Me separé de Bruno y comencé a caminar a mi cuarto. - O ¿que? ¿Ni eso pueden hacer?

Ninguno de los dos se atrevió a decir una sola palabra más. Pude sonar grosera, y en este preciso momento, me valía tres kilos de papaya.

Al estar en mi cuarto, solo me tiré en la cama y me quedé mirando el techo por unos cuantos minutos. Pocas veces me sentía así de cansada, y al estarlo no controlaba mi humor, por lo que terminaba de mala pulga. Sin duda mamá odiaba tenerme en ese estado, no la culpo, ya suficiente ha de tener con Pepa y Bruno para que otra mas se junte en ese plan.

Mnm... Lo único que podría hacerme feliz ahora era una visita "inesperada" de Amira.. Sin embargo, sabía que no la vería hasta que el sol terminase de ocultarse y hallan pasado al menos unas horas. Así que decidí irme a dar una ducha. Haber si así se me quitaba el mal humor.

Prepare la bañera y no dude en meterme tan pronto estaba lista. El agua estaba fría, justo lo que necesitaba para este asqueroso clima tropical. No digo que no me guste, pero el calor solo hacía que me sintiese pegajosa.

— Ahh... Que bien se siente... - Adoraba tener esta clase de momentos solo para mi, solo para pensar pacíficamente.

Sin embargo, de mi mente no podía sacar a Amira. Ella era todo en lo que pensaba ahora.

"Si pierdes la virginidad antes que yo, juro que te dejo de molestar... al menos por unos años."

Estúpidas palabras de alguien no muy inteligente, pero si eran algo desconcertantes. No por el hecho de que por fin me deje de fastidiar, mi querida hermana, sino por el hecho de... perder la virginidad. Usualmente no solía pensar en ello, sin embargo se me vino a la cabeza una duda bastante rara, a mi parecer, pero si era algo importante a la vez.

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora