Parte 6

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Narrador omnisciente:

El día terminó con ambas jóvenes descansando en la colina a mitad del bosque. Después de esa charla, no se comentaron nada más. Solo se quedaron disfrutando de la compañía de la otra hasta que el sol se ocultó.

Luego ambas no tuvieron de otra mas que volver a casa. Julieta acompaño a Amira a su casa, aun que la Velasquez rogase por ser ella quien la llevase a Casita.

— Bueno, parece que hasta aquí llego yo jeje. - Le dijo dulcemente.

— Te dije que no era necesario que me trajeras.. pero igual muchas gracias. La pase increíble contigo Juli. - Abrió la puerta de la casa, más no entró.

— ¿Enserio? ¿A pesar de que no hicimos nada el final del día?

— ¡Jaja, por supuesto! Cada segundo a tu lado es mas que suficiente para alegrarme. No necesito nada más que solo escuchar tu voz. - Amira había hablado sin pensar del todo y al percatarse de sus palabras, un sonrojo notorio se hizo en sus mejillas, rápidamente tapo su rostro.

Julieta también se había sonrojado, aun que no se dio cuenta, y para calmar el incómodo ambiente, río suavemente una última vez antes de despedirse de su amiga.

— Vale, jeje, me alegra oír eso, supongo. Mejor entras de una vez, no quiero que piensen que te terminaré secuestrando o algo así jajajaja.

Amira solo respondió con una risa y luego ambas chicas dijeron sus adioses.

— Descansa Ami.

— Descansa Juli.. - Estaba apunto de entrar pero quiso abrazar a su contraria y de paso, tomo las fuerzas necesarias y beso su mejilla.

No dijo nada y a toda velocidad entró a su casa y azoto la puerta de lo nerviosa que estaba.

¿Por que había hecho eso?

¿Que carajo de idea se le hizo?

Julieta por su parte, había quedado estupefacta, nada más ahí parada frente a la casa de los Velasquez mientras cada vez se hacía mas de noche. En segundos volvió a su estado normal y decidió hacer como si nada hubiese pasado para así volver a Casita.

Mientras tanto, Agustín y sus padres quedaron mirando extrañamente a la joven chica que se encontraba recostada en la puerta principal que venía justo de cerrar de un portazo.

— ¿Todo bien, hermanita? - Pregunto el muchacho de lentes con una ceja levantada y una mirada preocupada.

— S-si, no fue nada, solo la emoción. - Respondió nerviosa.

— ¿Emoción de que? - Ahora el interrogatorio paternal comenzaba.

— Nada, papá. Olvídenlo. - Amira estaba apunto de subir las escaleras cuando alguien más habló y se lo impidió.

— ¿Con quién anduviste, jovencita? - La señora Velasquez no sonaba muy contenta, creía que su hija se estaba viendo con un muchacho del pueblo y que esa era su razón de actuar raro.

— Con Julieta Madrigal, mamá.

La chica de cabellos oscuros empezaba a molestarse por tantas preguntas. ¿Que acaso no confiaban lo suficiente en ella?

— ¿Estuviste con Julieta, Amira? ¿Por que no me dijiste? - Agustín inmediatamente, al escuchar el nombre, dejo los platos que estaba poniendo en la mesa y presto mas atención a la conversación.

— Porque estabas ocupado. Además, no siempre que ande con Julieta tienes que estar tú, ¿sabes? También tengo derecho a pasar tiempo a solas con mi amiga.

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora