- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc)

Parte 20

Ermnm... se que dije que no actualizaría ni aquí ni en la de Peps, perooo... problemas de ideas. En fin. ¡Disfruten!

-CrazyTrash
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Narra Julieta:

— ¡¿Julieta?! - Ay, no.

Tenía que ser la persona menos indicada para este momento.

— A-ah... Pepa, yo– nosotras... - Empujé espontáneamente a Amira, sin lastimarla, por supuesto. Traté como pude en dar una explicación, sin éxito alguno.

Las palabras no salían de mi boca como debido y los nervios solo hacían que ni siquiera, pudiese mirar a mi hermana a los ojos. Una gigantesca nube se hizo sobre su cabeza, sin embargo esta no afectó el clima exterior. Su expresión era muy poco entendible. No estaba segura si mi melliza se encontraba enojada o aterrorizada, asqueada o incluso confundida. Podían ser todas.

— Pepa, amnm.... Nosotras solo estábamos hablando. No malinterpretes las cosas. - Intentó excusar Amira.

De vez en cuando, nuestras miradas asustadas se juntaban. Ambas queríamos encontrar la excusa perfecta para disimular la situación, pero mi hermana sin duda no era de caer fácilmente ante tan pobres argumentos. Yo lo sabía.

Sin embargo, en tan solo segundos, Pepa se acercó a la menor y la tomó de la camisa.

¿Que estaba pasando?

Tanto Amira como yo, no entendíamos nada. Pero, tenía algo de miedo por que mi melliza le hiciese algo, sobretodo tomando en cuenta los rayos que su nube tenía atravesando.

— ¿Pepi, que haces? - Me acerque a ambas e intente detener acción cualquiera que Pepa quisiese cometer.

— ¡¿Como se te ocurre besar a mi hermana?! ¡¿Con que jodido derecho?! - La pelirroja tenía a Amira muy cerca, su mano apretaba con fuerza el cuello de la camisa y si no fuera por que ambas son casi del mismo tamaño, Ami hubiera sido levantada del piso.

No sabía que hacer para calmar a mi hermana, temía que lastimase inconscientemente a mi "amiga", por no decir amante. Honestamente, no entendía el comportamiento de Pepa en este preciso momento. Si bien, siempre ha sido muy sobre protectora, nunca la vi llegar a estos extremos con una situación mía, ya que yo siempre supe defenderme y no necesite de su ayuda.

— Pepa, déjala. Yo le permití que me besase. - Mi melliza giró su rostro hacía mi, luego volvió a mirar a Amira, quién se encontraba espantada. No la culpo, Pepa da miedo cuando se enoja. - Además, ya te había comentado esto.

— ¡Pero, creí que solo estabas bromeando o yo que se! - Mi melliza la soltó y comenzó a tratar de desvanecer la nube. - Mnm... No se que pensar de ti. - Eso era para Amira. - Que iba yo a saber que de veras le ponías los cachos a Agustín con su propia hermana.

Cuando lo dice así suena terrible e incómodo. Muy incómodo. Sin embargo, ni Ami ni yo, nos decidimos a decir algo al respecto. Y al no recibir respuesta, Pepa caminó a la salida aun con su expresión molesta.

— Agradece que no fue mamá. - Gracias. Listo, todas las deudas pagadas.

— Julieta, tiene– - ¡¿Cuantas mas personas piensan venir ahora?! - Hola, Pepa...