Narra Julieta:
— Agustín, me alegra verte sano y sin ningún rasguño. - Esta era la tercera cita que teníamos este mes.
Y con suerte, esta sería la única que no acabase en un total desastre en el que no tuvieras opción mas que volver a casa por comida que yo preparé y así curar todas sus heridas. Lo peor era.. lo sospechosa que me veía con la sangre de Agustín en cada uno de mis vestidos. Me deshice de varias prendas porque la sangre no se quita fácil de la ropa.
— ¿Dudabas que llegase sin lastimarme? - Mordí mi labio, intentado no decir que honestamente, dudaba que llegase.
— Jaja, no. - Si. - Solo me preocupas. - Eso es totalmente cierto, por mas que no lo amase románticamente, seguía queriéndole como un asombroso amigo y no dejaba de inquietarme por él. - ¿Hoy que haremos?
— Primero que nada, déjame remarcar lo hermosa que te ves. - Le regalé una sonrisa amable, buscando en mi cerebro que decir para halagarlo también. - Segundo, como supongo ya habrás adivinado.. - Dio un jalón al cuello de su camisa, podía notar que sudaba de la vergüenza. Eso era adorable. - Son para ti.
Agustín me extendió un ramo de rosas que recibí de inmediato, adoraba las flores. Aun guardaba las primeras que Amira me había dado. Pepa decía que las tenía un pedestal y Bruno concordaba.
— Wow, muchas gracias, Gus. - Desde hace un par de semanas, tomé la decisión de no llamarlo por ningún apodo romántico, ya que no me nacía. No me sentía cómoda. - Están preciosa.
Me acerqué para abrazarlo, evitando el beso que él intentaba darme.
— No hay de que, mi Juli. Por cierto, quería que tú escogieras la actividad de hoy. - A mi edad, en mi época, se me hacía extraño y al mismo tiempo agradable, que un hombre dejase que una mujer tomase decisiones que lo involucrarán.
Por lo que me emocioné.
Y luego entré en pánico.
No tenía ni la mas mínima idea de que actividad podría elaborar con el Gus. En eso, para darme ideas traté de recordar lo que solíamos hacer antes de que tomase mi trabajo a pecho.
— ¿Vamos por helado? - Hice una mueca de inseguridad, el peli negro y yo hacíamos eso cuando éramos mucho más jóvenes. Digamos... entre los diez y quince, esa era nuestra actividad favorita.
— ¿Como en los viejos tiempos? - Asentí, mirando detrás de él a una silueta particularmente conocida. - ¡Por supuesto! Que mejor que recordar los lindos momentos.
En ese instante, no logré captar muy bien lo que decía, estaba perdida en el intento de averiguar de quién se trataba aquella figura. Tenía mi duda, pero no quería saltarme a hechos sin pruebas. No era como si, después de todo, muchas personas decidieran esconderse en lugares muy obvios para espiar a la pareja "perfecta" del pueblo. No. Para nada. Solo hay una tontita que se atrevería a cometer tan atroz acto sin importar que...
... Amira Velasquez.
Y es que yo la conocía lo suficiente para estar casi cien por ciento segura de que ella nos estaba espiando. Además, cuando lo pensaba dos veces, tenía demasiado sentido. Estaba extremadamente celosa.
Tomé la decisión de seguir su juego, y hacer de que no me había percatado de su distanciada presencia.
— ¡Muy bien! Entonces le pediré a Pepa que ponga estas flores en agua y nos vamos, ¿te parece, amor?
Como dije anteriormente, llevaba tiempo sin llamarle con tales románticos apodos, sin embargo, esta era una excepción. Hoy tenía la oportunidad de provocarla hasta tal punto que cuando nos veamos, una cosa puede llevar a otra. Tanto a mi favor, como al suyo.
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- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc)
FanfictionBueno, aquí vamos con otra más. Les presento a: Amira Velásquez, reconocida por todo el pueblo gracias a su asombroso talento en costura. Ella a una poca edad se intereso en este dominio y desde que sus padres notaron lo buena que era para ello, el...