Parte 22

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Narra Julieta:

Me levanté tempranisímo para acabar con mis deberes lo mas pronto posible. Quizás eran las cuatro y treinta a.m., lamentablemente, sabía que a esta hora no recibiría mi visita favorita, pero según yo, valdría la pena esperar por ella.

Ay... Aun no entendía muy bien como había acabado en estas, pero no me arrepentía del todo. Si, tenía mis cargos de culpa con los que lidiaba en silencio, pero nada que sus besos no opacasen.

Me sentía mal por estar siéndole infiel a Agustín, sobretodo con su propia hermana. Sin embargo, por mas valores que tuviese y mas educación que me hallan enseñado, no podía evitarlo. Simplemente, no podía... Supongo ese era el problema...

Anteriormente, ya había pensado en romper con el Velasquez, pero tuve una conversación con mamá.. ella estaba increíblemente feliz por que saliese con un varón por fin. Ya que, a diferencia de mi hermana yo nunca fui muy sociable, o mejor dicho, no tenía tiempo para serlo. Mamá opinaba que Agustín era un excelente candidato para en un futuro ser el padre de mis hijos. Yo sin duda lo dudaba...

-Flashback-

— Julieta, ¿podemos hablar, hija? - Me encontraba amasando la masa de arepas, en lo que mi madre entraba a la cocina.

— ¿Mhm? Oh, si, mamá. ¿Que sucede? - La miré algo preocupada y me apresuré en limpiar mis manos para acercarme a ella y asegurarme de que estuviese bien. Era extraño que buscase hablar conmigo.

¿Había hecho algo malo?

No, eso no tendría mucho sentido. Tal vez, Pepa o Bruno hicieron algo malo, eso si tendría lógica. A menos que...

— Mija, solo quería decirte que me alegra bastante saber que al fin logras tener una relación con alguien. Y quién mejor para ti que Agustín Velasquez. - Tranquila, mamá, yo respondo esa pregunta fácil: Amira Velasquez. - Ustedes están hechos el uno para el otro, de eso no hay duda. - Y entonces, ¿por que yo la tengo..?

— Ah, claro, claro, jaja. - Juró que hice lo que pude por que mi risa sonase natural. - Gracias, mamá. P-pero... he estado pensando en terminarle.. - La mirada de mi madre estaba compuesta por confusión y molestia, sabía que mi respuesta le había disgustado. Así que, como reacción automática, desvíe la vista, incapaz de verle directamente a los ojos. - Es que, no creo estar lista para una relación.

Que mentirosa eres, Julieta. No dices eso cuando te la pasas besándote y tomándote de la mano con Amira. Me doy vergüenza, y a la vez orgullo.. Paso demasiado tiempo con Pepa..

— Julieta. Te estás haciendo cada vez mas madura, y consigo va tu edad, que justamente ya estas en edad para casarte. Mira, tu eres la "mayor", la más apropiada, mi vida. No quisiera darte mas peso en los hombros, pero me temo decir que, técnicamente, de ti depende que tengamos nuevas generaciones de Madrigal.

Inconsistentemente, fruncí el ceño, demostrando a toda costa mi desagrado por tal confesión, cosa que no era muy común en mi. ¿A que se refería con ello? Se supone que somos trillizos.

— ¿Que hay de mis hermanos? - Dije en seco, sonando quizás algo grosera por mi tono, lo que hizo que mi mamá me mirase con algo de extrañes.

— Bruno no habla con absolutamente nadie, y sabes que la gente del pueblo teme compartir una misma habitación con el. - No podía negarlo por mas que quisiera, era cierto.

Y si, tuvo una cita con una bella chica, la hija del medio de los Hernandez, sin embargo.. las cosas no salieron como el las había planeado y la cita fue un completo desastre.

— ¿Que hay de Pepa?

— Tu hermana tiene demasiados problemas para permanecer en una misma relación, todo hombre le huye por sus cambios temperamentales. Desgraciadamente, por mas que desease que fuese lo contrario, dudo que Pepa consiga un esposo.

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora