Parte 31

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Para los que siguen con la duda de que pasa después.

Narra Amira:

Jamás creí que estaría en esta situación a mis jodidos diecinueve años, pero valla que no me arrepentía. Ni un poquito.

— Mnm... No pares... - Solo dejaba que las palabras y los "sonidos" saliesen por si solos.

Sabía que Julieta era buena con las manos a la hora de cocinar, sin embargo no sabía que también era buena con su boca, si me lo permiten decir.

Admito que llegué a creer que posiblemente yo tendría la oportunidad de "dominarla", en lugar estar abajo... ¡Pero no me quejo!

Nunca antes había tenido estos sentimientos, este sentir... este placer. Era.. era único, especial.. mágico. Deseaba que jamás se detuviera, anhelaba que continuase pero con algo mas de fuerza, quería más.

Mas me avergonzaba decírselo.

Juli empezó a recorrer mi cintura con sus manos mientras seguía en lo suyo en mi pecho. Sabía lo que estaba tratando de hacer, sabía lo que buscaba y me daba pudor que pasase.

— Yo.. ¿Puedo? - Lo que mas me causaba risa de todo esto, era que tanto como yo, Julieta también estaba nerviosa e insegura.

Tan solo estábamos empezando, así que supuse que era ¿normal? Después de todo, nunca antes habíamos hecho algo así.

— Claro.. - Sin embargo, comenzaba a dudar si estas cosas se hacían con una sola persona en corito. - Pero, ¿no crees que es algo injusto que.. sea la única sin ropa? 

Tenía cosa de mirarla directamente a los ojos, pero sabía que los tenía bien abiertos, quizás no esperaba que propusiera eso. Ambas tragamos seco y mantuvimos un silencio algo incómodo, luego noté como se levantaba un poco y comenzaba a desabrochar su vestido.

Estaba a punto de presenciar lo que todo hombre soñaba en el Encanto: el cuerpo desnudo de Julieta Madrigal.

Dude si mejor cerraba mis ojos o me quedaba mirando como boba mientras retiraba la prenda. Y... pues preferí mirar embobada.

Bajaba su ropa de manera tan lenta e inseguramente que la hacía verse tan sensual. No estaba mas roja porque técnicamente ya era imposible estarlo más. Pero quede hipnotizada por lo magnífica que se veía tal y como dios la trajo al mundo.

Quería gritar...

Gritar que me cogiera con toda la confianza del mundo y que era completamente suya.

¡Haz lo que se te antoje conmigo Julieta!

— ¿Contenta? - Mordí mi labio inferior ignorando lo que me había dicho, yo estaba ocupada observando. - Ahora... ¿puedo?

Ah cierto, faltaba mi falda.

— ¡Oh, si, si! Dale con toda. - ¡¿Que me pasa?!

La Madrigal alzó una de sus cejas y sonrió pícaramente, cosa que me dio mas vergüenza que antes, por lo que tapé mi boca y desvié mi vista rápido.

— Jajaja, ya veo que esto te esta gustando, ¿no? - Respira Amira. Respira profundo.

Guarde silencio dándole a entender que si. Mis "pocas palabras" la divertían, por lo que solo se inclino hacia mi rostro y me beso una vez mas. Lo que ame de este gesto fue lo dominante que se sintió. Con ese ósculo me tuvo completamente sumisa.

Sus manos comenzaron a descender a mi cintura bajando la prenda inferior de mi conjunto. Pero, si ya tenía a Juli descubierta sobre mi, no pensaba perder la oportunidad de manosearla, sobretodo si ella hacía lo mismo conmigo.

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora