Parte 1

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Narra Amira:

— ¡Agustín! ¡Espérame! - Dije mientras corría detrás de mi hermano mayor, quién parecía apurado. ¿Por que?

— ¡Pues entonces camina mas rápido! - Se detuvo esperando que atrapará su paso.

— Ay, pero si tu eres que parece que esta corriendo. ¿A donde vamos exactamente?

— Súbete. - Me ordenó mientras se agachaba y me indicaba que me subiera a su espalda para llevarme a caballito como a una niña pequeña. Yo cumplí con la orden mas que feliz de ya ni tener que caminar. - Vamos a ver a una amiga.

— ¡Ahh! Ya se de quién hablas. ¿Cual era su nombre? ¿Juliana? ¿Chuleta? ¡Ah no, no! ¡Julieta! Justo como en la obra de teatro de Shakespear.

— Si, ella misma. Su nombre es tan poético como la obra de teatro. - Mi hermano tenía una cara de enamorado al decir eso, aun que no le viese el rostro lo sabía. Lo conozco a la perfección, por algo es mi hermano.

— Pues es lógico, tiene el nombre de la protagonista. - Y yo ahí quitándole lo romántico al momento.

Agustín río un poco y se puso rojo, lo noté porque sus orejas lo estaban, de seguro le di vergüenza al mencionarla. Esto es raro. Mi hermano mayor, el hombre mas torpe de todo el mundo, enamorado de la mujer mas hermosa, amable, cariñosa y protectora de todas, además de tener un maravilloso don de curar a cualquiera con comida. Son el uno para el otro. Mi nuevo ship. Tendré que ayudar al torpe a conquistar semejante belleza de mujer. ¿Que carajos estoy diciendo?

— Tranquilo hermanito, te ayudaré a conquistarla y te casarás con ella y me darás sobrinos. - Dije mientras me ponía derecha aun estando en la espalda de Agustín.

— ¿Harías eso por mi? Por cierto, podrías dejar de moverte tanto, harás que te deje caer y no quiero.

— ¡Por supuesto que haré eso por ti! Sos mi hermano y si ya dejo de moverme jeje. - Volví a recostarme en su espalda y amarré mis manos a su cuello con tal de no caerme y partirme la madre.

Agustín me agradeció y comenzó a correr lo más veloz que pudo para llegar a nuestro destino, rápido.

Diría rápido y seguro, pero no fue seguro.

— ¡Gus! ¿No crees que vas un poco muy rápido? - ¿Recuerdan el agarre de cuello que le hice hace un rato? Bueno, ahora parecía que estaba agarrándome no para disfrutar el viaje, si no que para salvar mi vida.

Hay que admitir, mi hermano medio torpe si es... no es como si me quedase atrás pero ese no es el tema. En fin, pocos segundos después de que dije eso, Agustín se tropezó con una piedra levantada del puente y ¿que creen?

Ambos caimos como un sándwich de olivas que nadie quería comer y lo tiraron para deshacerse de este. Solo que no habían olivas, ni pan, éramos dos Velasquez muriendo, uno encima del otro.

— Pucha vida, Agustín... - Dije ya levantándome del piso. - Te dije que fueras mas lento.

— ¿Están bien, ustedes dos? - Una voz melodiosa se escuchó llegar a pasos rápidos.

Iba a acomodarme para ver a la persona y valla fue mi sorpresa cuando vi tan bella figura ofreciéndome su mano brindándome ayuda. Oh, también a Agustín, claro.

— Si.. Gracias. - Me pare sosteniéndome de su mano. Pero que piel más suave.. - ¡Julieta! Justo a quién buscábamos.

Mi hermano levantó su cabeza rápidamente, sus lentes estaban hechos mierd*, de seguro no ve nada, por suerte y porque no tengo de otra ya que nuestros padres me obligan, siempre llevo un par de lentes extra por si acaso.

— ¡Julieta! Ho-hola - De repente sus mejillas se pusieron rojas y se sentó en el piso mientras yo sacaba las lentes de mi bolsillo. Intercambiamos las gafas y cuando el intento levantarse para saludar a Julieta correctamente, no pudo hacerlo.

— ¿Estas bien, Gus? - Pregunté al notar como se tomaba el tobillo y lo apretaba como si le doliese.

— Creo que me torcí el tobillo con la caída.

— Ten. - Dijo la Madrigal mientras sacaba un buñuelo de su canasta, que por cierto, tenía bastante comida en esta. Desde arepas a buñuelos y almojábanas a ciertas hierbas que también estaban en los bolsillos de su delantal y unos frascos pequeños que no se que tienen.

Agustín comió el buñuelo completamente encantado de su sabor y en segundos ya podía pararse por si solo sin dolor alguno.

— ¡Cocinas delicioso, Juli! ¡Muchas gracias! - Le dio un abrazo como forma de agradecimiento y yo ahí parada viendo la escena.

Mi ship haciéndose real poco a poco.

No puedo creer que nunca me di cuenta del enamoramiento de mi hermano a ella.

Son el uno para el otro...

Y por alguna razón, no se siente bien.

Debería estar feliz, ¿no?

Mi hermano mayor esta enamorado de una de las jóvenes mas hermosas y la más perfecta de todo el pueblo que seguramente ella también tiene esos sentimientos por ella.

Pero... ¿Que es lo que siento?

No es felicidad.. se siente más como celos.

¿Por que estoy celosa? ¿De quién lo estoy exactamente?

Seguro es el hecho de que alguien me quite la atención de mi hermano mayor. O puede ser que... ¿tengo celos de mi hermano al estar con Julieta? No, no, no, eso es imposible.

— ¿Tu estas bien Amira? ¿No te lastimaste? - Justamente la Madrigal me sacó de mis pensamientos mientras me ofrecía algo de su canasta.

— ¿Eh? Oh, no, no, estoy bien. Gracias Juli.

Continuará....

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora