Parte 37

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Narra Amira:

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Narra Amira:

Un par de días después de aquella... impactante charla con Nico, me di la tarea de descubrir que tan 'derecho' era mi hermano. Cada día que pasaba, molestaba la paciencia de mi semejante con preguntas que indirectamente me daban respuestas que al final unían o separaban piezas en mi rompecabezas.

Y no, no estuve armando uno real, yo no tenía , ni tengo, ni tendré nunca paciencia para esas cosas. Vivi con el miedo de que de verás me rompiera la cabeza por el simple de hecho de que quizás no era lo suficientemente inteligente para resolverlo.

Volviendo al tema, finalmente me di cuenta de que Agustín era medio corrido. Quiero decir, se tiraba para un lado y al día siguiente, para el otro.

— Entonces... ¿que opinas de esas personas que se atraen por un contrario del mismo sexo? - Pregunté, escondiendo mi rostro entre las páginas de un libro que encontré en la sala y ni siquiera estaba leyendo.

Mi trabajo era parecer que nada me importaba y que no estaba inmensamente interesada en conocer cada aspecto que pudiera sonar sospechoso de mi semejante.

— ¿Buscas que sea honesto? - Gus se encontraba hallando una camisa azul en su armario, aunque todo fuese en vano.

La razón por la que no la veía en ninguna parte, era que yo la había manchado mientras me probaba su ropa.

Era un experimento. En el que descubrí que me voy fabulosa en lo que sea, incluso luciría espectacular en una bolsa de papas.

— Por supuesto que no, quiero que me mientas. Se lo menos honesto que puedas. - Respondí con obvio sarcasmo en cada palabra que salía de mi boca. - ¡Claro que quiero honestidad!

— Dale, perdón. ¿Segura que no has visto mi camisa? Estoy casi cien por ciento seguro que la lavé hace dos días.

— Que no, que yo no he visto nada. - Esto de las mentiras me quedaba muy mal, más se me hacía muy bueno. - Responde la pregunta.

— ¿Desde cuando lees, tu? - Mnmn... No leí un solo libro de la escuela, comprendo su intriga. - Creí que odiabas leer.

Oh, si, mucho. No sabía si era porque las letras me bailan o porque no podía leerlas.

— No cambies el tema. - Me cerré la libreta con fuerza, y me lancé en su cama, estando mas cerca de él.

— No estoy cambiando de tema. Solo pregunto, tal vez deba comprarte libros de ahora en adelante. - Por favor, no. - Estoy tratando de conocer un poco mas a mi hermanita, ¿que tiene eso de malo?

Que no esta funcionando y que te estás llenando la mente de balbucearías.

— ¡Vamos! Lo único que tienes que hacer es decirme ¿que piensas de los homosexuales?

— Que tanto como los heterosexuales, se cierran mucho en una opción. - Momento ¿que dijo? - Solo digo, que si eres varón y te gusta otro chico, ¿que cambia eso en mi vida?

No, Gus, esas dos frases no tienen ningún lazos que las una.

— Ya veo... ¿Te enojarías si a mí... me gustará una chica? - Esto se había puesto.. personal. No se como llegué a comentar tal duda, sin embargo, no lo pude impedir.

— Mientras te enseñé a NO ser una vaga, si te quieres casar con una planta no me importa. - ¿Que carajos? ¡¿Me acaba de llamar vaga?!

— Uy, cuidado se te caen los dientes por metiche. - Metí dos de mis dedos en mi los extremos de mi boca, le saqué la lengua mientras no me miraba y al momento en el que se volteó para mostrarme su vestimenta completa, hice que me estaba rascando la mejilla. - ¿Tu sería capaz de estar con un chico?

Los ojos de mi hermano se abrieron de par en par, supuse de inmediato que quizás no estaba listo para recibir tal cuestión, pero yo lo estaba.

— ¿Como me veo? - Igual de idiota que todos los días.

— Excelente. - Algo que adoraba de mi misma, era lo bien que podía remplazar mis comentarios. En diversos casos. - Ahora, no evitas la pregunta.

— Me tengo que ir, Amira. Hablamos al rato. - Lo miré furiosa, que me ignoren me parecía una completa falta de respeto.

Salte en mis pies y me apresuré a pararme frente suyo, impidiendo que cometiese otro movimiento que lo salvará de no responderme.

— Espera, manote. De aquí no te dejo salir a menos de que me contestes. - Puse un brazo a través de la puerta y yo. Cada vez mas, sospechaba de quien era mi propio hermano mayor.

— Amira, voy tarde. - ¿Y a donde y con quién o para que y porque?

— ¿Vas a ver a alguien o algo así, que no se puede esperar? - Agustín rodó los ojos y se echó un largo suspiro.

— Tengo una cita con Julieta, creí que te lo había dicho ayer tipo media noche cuando me desperté... - Jaja, yo ya no estaba en casa, seguro habló solo creyendo que lo estaba oyendo.

Mas razón para no dejarlo ir.

— Aja.. Estoy segura que Juli puede esperar unos minutos.

— Esta bien, esta bien. Luego me dejas ir, promételo. - Le regalé la sonrisa mas falsa y al mismo tiempo la mas genuina que podía recrear.

— Promesa de meñique. - Extendí mi otro brazo hacia él y saqué mi dedo del medio, a lo que Gus reaccionó con un suspiro de disgusto, por lo que corregí mi anterior acción.

Es que estaba tan acostumbrada a tratarlo mal.

— No me veo con un hombre, la verdad, no me molestaría, digo que experimentar no es incorrecto. Más, tu sabes como es papá. Yo quiero mi herencia y su respeto. - Sobretodo la herencia, a mi no me engañas. - Listo. ¿Ahora me puedo ir?

Le cedí el paso, mas que feliz con su respuesta. Esas palabritas simbolizaban un posible... Gabriela versión varón. Pues, porque no se deciden por un lado.

Deje que una decena de minutos pasará después de que Gus se fuera. Observé impaciente la ventana cada preciso segundo. Juró que no soy celosa.

Lo juró, de veritas, de veritas.

Solo que...

Esto era una excepción de nivel masivo, ¿me comprende?

Yo sentía en lo mas profundo de mis venas hirvientes, que si no me fijaba en que se pondrían a hacer, terminaría arrancándome los pelos de la cabeza o comiéndome las uñas hasta que se me haga incapaz de volver a tener.

— ¡Voy a salir! Vuelvo al rato. - Toque la manija de la puerta principal sin prestar atención a mis padres.

— ¿A donde vas? - Ahg. ¿Por que debo decirle? Soy una adulta, si me quiero ir a tirar de un puente, eso es asunto mío, no suyo.

Entiendo que sea mi padre y se preocupe, sin embargo, el solo se preocupa por la imagen que daré al mundo siendo su hija... Que pena que nunca logré dar una buena y estoy por empeorarla.

— Iré a ver a Nicolas, ¿por? - Conociéndome, tanto mi mamá como yo, sabríamos que estaría dispuesta a contestar de una forma muchísimo mas grosera, pero le tengo miedo.

Muchísimo miedo.

Que cruel, ¿no? Temerle a tus propios padres...

¡Bueno, a seguir con mi plan de espiar a la "parejita"!

Continuará....

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora