Parte 5

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Narra Julieta:

Si bien había forma alguna de distraerme en este tan aburrido sábado mediodía, no desperdiciaría la oportunidad, fuese cual fuese. Desde afuera de mi cuarto, podía oír a mi melliza murmurar y refunfuñar, quejándose de mamá.

— Siempre yo, ¿que acaso se le olvida que tengo un maldito don? ¡Yo no pedí que fuera este! "Pepa, la nube" " Pepa, cálmate" "Pepa, deja de ser tan infantil" ¡Ahg! Maldita sea... - Ya me acostumbre a este tipo de escenarios. Pasan al menos dos veces a la semana.

Quizás mamá es un poco severa con ella. Agradezco tener este don y no tenerla quejándose de mi a cada rato.

— ¡¡Julieta!! ¡¡Tienes visita!! - Espera, ¿que?

Salí rápido de mi cuarto, habían dos posibilidades de personas que vengan a buscarme.

La primera y la que casi siempre es: que sea un pueblerino herido.

Y la segunda: que sean los hermanos Velasquez.

Esa última me gustaría más, no hay duda.

— ¡Ami! ¿Como estas? - Al verla supuse que se había lastimado, ya que siempre que vienen esos dos, llegan heridos. Baje las escaleras lo mas rápido que pude. - ¿Te lastimaste o algo así? - Dije cuando Casita la atrajo hacía mi, en seguida me dispuse a inspeccionar que no tuviera ni un solo rasguño.

— Jejeje, no, estoy completamente bien, vine porque no tengo nada que hacer así que decidí buscar a mi única amiga. - Parecía algo avergonzada de decir que yo era la única amiga de ella.

Se ve tierna así, con ese color rosadito de sus mejillas.

— Oh, en ese caso, ¿tienes algo en mente de lo que podríamos hacer para pasar el día? - Sonreí por como se veía y la tome del brazo para salir corriendo de Casita.

No recibe respuesta alguna pero no me importo mucho, yo si tenía una pequeña idea. Al llegar al pueblo, caminamos mas lento y ahí Amira rompió el silencio.

— Así que.. Tendrás una cita con mi hermano. - No era una pregunta, mas bien una afirmación dicha de forma algo fría. Extraño.

— Si, ¿te dijo que haremos?

— No... - Mantuvo su mirada en el piso, eso me puso los pelos de punta. Y, ¿si cree que le voy a robar a su hermano?

— Oye... - Me volteo a mirar, parecía molesta pero también algo triste. Su alegre personalidad estaba apagada, eso no me gusto para nada. - Tranquila, no pienso quitarte a tu hermano. - La rodee con mi brazo y la apegue a mi.

— Jeje, lo se, el también me lo dijo... pero no es eso lo que me tiene así..... - Eso último lo susurró, creo que no quería que la escuchase, más si lo hice.

— ¿Entonces que te tiene así? - Ya estaba empezando a preocuparme.

— No es nada, olvídalo. Mejor veamos que podemos hacer para pasar el rato. Por cierto, mi hermano no vendrá con nosotras, esta ayudando a papá.

— Esta bien, entonces será una tarde de chicas. - Respondí alegremente para intentar subirle el moral.

— ¡Pfft.. Jajaja, exactamente! - Me devolvió el 'abrazo' y ambas caminamos riendo y hablando de cientos de cosas que no tenían sentido.

Estar a su lado me hacía sentir libre, como si pudiera decir lo que sea, pensar como fuera, gritar, reír a carcajadas y ella me seguiría el juego. Simplemente me sentía bien.

Normalmente no tengo tiempo para amistades pero desde que mamá se dio cuenta de Agustín y Amira me permitió saltarme ciertos días de trabajo si era para estar con ellos. A donde se, cree que Agustín y yo terminaremos en modo matrimonio. Según ella nos complementamos a la perfección.

Admito que es lindo, tierno y considerado pero no estoy segura de que sea mi tipo, al menos no al cien por ciento.

— Y, ¿que opinas de mi hermano? - Su rostro volvió a apagarse un poco.

— Pues, es lindo y adorable, hay que decir que también es muy amable conmigo, aun que no se si sería el tipo de hombre que quiero a mi lado por el resto de mi vida.... - Bajé la mirada un poco.

Ya habían pasado un par de horas desde que salimos de casa. Durante el día estuvimos jugando como niñas pequeñas por el pueblo. Hacíamos una que otra broma a mis hermanos.
¿Les doy un avance? Terminó en una pequeña tormenta lo suficientemente grande para mandar a Amira a volar. Se lastimó un poco y eso hizo que Pepa se sintiera culpable, llovió por unas dos horas.

A Bruno no le importaba lo que sea que le hiciéramos, según, ya está acostumbrado.

Como no tenía ganas de cocinar, Ami me invitó a comer en un restaurante cerca del centro del pueblo, por más que le dije que yo pagaría lo mío, no aceptó.

Luego vinimos a la colina en el bosque. Este ya se hacía nuestro lugar favorito.

— ¿Entonces por que aceptaste una cita con el? - Parecía confundida.

— Quiero intentar. Nunca he tenido pareja y Agustín es lo mas cercano a lo que me hace sentir cómoda. Quizás y me estoy engañando a mi misma y al final si me termina enamorando. - Solo digo la verdad.

— Ya veo.. ¿Te puedo contar algo? - Su tono de voz se hizo un poco mas grave, sentía que esto era serio.

— Por supuesto que si, somos amigas y quiero que tengas la total confianza de contarme lo que sea. Prometo no juzgarte. - Nuestras miradas se juntaron por un momento. Creo que nunca me había fijado de lo lindos que son sus ojos o siquiera de lo hermosa que es en su totalidad.

No, espera, ¿que?

— ¿Alguna vez... Te llego a gustar alguien y sabías que estaba mal por donde fuera que vieses las cosas? - Su voz parecía insegura con cada palabra que decía.

Honestamente, no entendía la pregunta completamente pero estaba dispuesta a contestar con total sinceridad.

— Mnmn.... No se, si te digo la verdad, jamas le he prestado atención a los chicos. No he tenido tiempo para eso, la gente del pueblo me necesita y es más importante para mi ayudar que fijarme en esas cosas. Pero mamá no puede esperar la hora en la que sus tres hijos se casen y tengan herederos así que me esta dando más tiempo para eso.

Su mirada puesta en mi, ¿dije algo raro?

— Tiene bastante sentido jeje. Tu.... ¿crees que es raro si a una chica le gusta otra?

Ok, ahora me pregunto a donde quiere llegar con esto. Se supone que me iba contar algo..

— Pues es raro, ya que no conozco a nadie con ese interés pero a mi no me molestaría en lo más mínimo.

— Juli..

— ¿Si?

— ¿Crees que estoy enferma?

¿Como que enferma? Enserio ya no estoy entendiendo nada de nada.

— ¿Por que preguntas eso?

— Porque creo que me gusta una chica..

Así que a esto se refería.. Wow, valla sorpresa inesperada.

— ¡Santos cielos! Pensé que sería algo grave, me asustaste. Jajaja, sin duda no me lo esperaba pero no me incomoda para nada, no creo que estes enferma Ami. Solo te dejas llevar por las viejas creencias.

Amira recostó su cabeza en mi hombro. Como si me estuviese demostrando su cariño y apreció tal como un perrito lo haría. No dijo nada más solo cerró sus ojos y se quedo ahí callada. Yo hice lo mismo y recosté mi cabeza en la suya.

Así decidimos quedarnos por un rato.

Saben algo... cuando dijo que le gustaba una chica, algo en mi se iluminó y al mismo tiempo y con la misma rapidez, se apagó. Sentía una especie de disgusto ante la idea de que alguien más ya halla ganado su corazón.

Pero no tiene sentido....

¿Que me pasa?

Continuará....

- Que Sea Nuestro Secreto - (Julieta Madrigal x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora