Capítulo 23

87 28 0
                                    

La nueva soledad

Sus miradas perdidas se podía entender las razones del por qué la situación se estaba agravando mucho más. Rose había sido la nueva víctima de esos macabros y estúpidos juegos, que por más que había intentando protegerse entre ellos mismo, no había sido suficiente.

La nueva soledad surgía en ellos después de haber padecido la misma sensación cuando Freddy murió. La pelirrubia estaba melancólica y triste, perder a una de las personas más importante en su vida le hacía sentir terrible y sola. Era su amiga desde hace mucho años, la que la cuidaba de esas personas que le querían hacer daño, o más bien, quienes se aprovechaban de aquella inocencia que le caracterizaba, pero un punto débil para cualquiera en dañarla de la peor manera.

Sollozaba en silencio mientras que caminaban ese desolado y tétrico pasillo siguiente a la anterior. La castaña estaba a su lado, con una mirada perdida y triste, teniendo su brazo alrededor de sus brazos; el pelirrojo estaba a lado de la castaña, ayudándola a seguir caminando pudiendo su brazo alrededor de su cintura mientras ella cojeaba por el dolor en su tobillo y su cuerpo; el castaño estaba a lado de la pelirrubia, sosteniendo en sus manos los dos artefactos que habían conseguido. Los palos de madera que habían tenido las chicas, se habían quedado en ese vacío pasillo de la trampa.

— ¿Qué número es este pasillo? — preguntó el castaño.

— En el piso 10...

— Uhm, me estoy dando cuenta que cada vez que uno se nosotros muere, nos dejan libre por un momento...

— Creo que tienes razón.

— H-hemos avanzado 10 pisos — suspiró cansada la castaña — S-solo nos falta 15 más, se que podremos aguantar un poco.

— July, ¿te sientes cansada? — preguntó el pelirrojo a la castaña al notar la mueca  de dolor.

— E-estoy bien.

— No estás bien... Aún tus heridas no sanan y se agravan más al ser víctima de golpes por parte de ellos.

No debes esforzarte mucho — mencionó el castaño.

— Ven — el pelirrojo se posicionó adelante de la castaña y se agachó un poco para que July pudiera subir a su espalda — Sube. Te llevaré.

— P-pero...

— Ni un "pero" July. Tienes que recuperarte un poco. A estas alturas podrías morir por alguna hemorragia o algo así por tantos golpes y heridas en tu cuerpo. Creo que eres la que más ha sufrido todo este tiempo — dijo el pelirrojo, aunque se mencionó más que un regalo que otra cosa.

— Solo escucha lo que Leo dice, July.

— Camila...

— Estoy bien, July — susurró la pelirrubia.

Suspiró — Uhm, está bien.

La castaña enrolló sus brazos alrededor del cuello del pelirrojo y luego enrolló sus piernas alrededor de la cintura de éste. July suspiró cansada mientras continuaron sus pasos por el tétrico pasillo. A esas alturas, las paredes estaban llenas de manchas de sangre seca, el color estaba desgastado y, tanto las paredes como el suelo, tenían escritas malas palabras.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora