Capítulo 14

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Soledad y tristeza

—¿P-por qué él?

Leo se levantó lentamente, pero el dolor era tan fuerte que ocasionó que cayera de rodillas al suelo y su cuerpo inclinado hacia adelante.

— July — escuchó al castaño susurrar hacia la castaña — Responde...

Leo con su mirada un poco perdida se dirigió hasta la pelirrubia, gateando; su andar era lento, temblando un poco por la fuerza desvanecida por minutos atrás y su cuerpo doler a más no poder.

— C-Camila — su voz profunda llegó hasta los oídos de la pelirrubia, alzando su cabeza lentamente.

— É-el — susurró débilmente la pelirrubia.

Leo abrazó a la pelirrubia; entendió sus palabras, para luego dirigir su mirada hacia el pelirrubio que parecía que ya no podía respirar más. Aquello alertó al pelirrojo, donde rápidamente se alejó de la pelirrubia y se dirigió gateando hacia Freddy.

Rose parecía ya reaccionar, movimiento sutilmente sus manos a medida que iba abriendo sus ojos a la par. El dolor se acentuó en su espalda y a la altura de llegar a la nuca. Se sentó débilmente, sintiéndose mareada un poco; su mirada se dirigió a la par cuando el pelirrojo llegó hacia dónde estaba ella, pero al instante escuchó los quejidos de dolor de su lado.

— Oh por dios, Freddy...

La pelirrubia se arrodilló a lado de Freddy, sosteniendo su mano y viendo como él suspiraba débilmente. Leo se posicionó a lado de él.

— Hey, Freddy, no ahora — dijo el pelirrojo.

— Y-ya no siento mis p-piernas — dijo ahogándose.

— Por favor, no digas eso — susurró la peligris, sintiendo sus ojos nublarse.

— ¿E-ellas no les pasó nada? — preguntó, refiriéndose a Camila y a July.

— Camila está bien — dijo el pelirrojo, viendo como Camila se acercaba a ellos y luego hacia la castaña, que aún no respondía — July no está bien...

— ¿D-de nada sirvió? E-es decir, mi herida en la espalda...

— N-no es eso, Freddy... Hiciste mucho por nosotros — dijo el pelirrojo.

— S-solo escuchaba g-gritos, p-pero no podía entender quienes eran...

— Ese hombre tenía sus trampas... Creo que casi morimos todos — susurró lo último.

Freddy dio un suspiro pesado. Todo su cuerpo ya no lo estaba sintiendo del todo, más el frío que se estaba colando por todo cuerpo. ¿Iba a morir? Parecía que si. Su cuerpo ya no estaba respondiendo y su respiración cada vez se estaba irregular y pesada, su latir era demasiado lenta, dándose cuenta que ya no iba sobrevivir más.

— Q-quiero que sobrevivan t-todos...

— Claro que vamos a sobrevivir todos juntos, Freddy...

— N-no, yo ya no estaré con ustedes — suspiró pesadamente — Y-ya no s-siento mi cuerpo.

— N-no digas eso Freddy, por favor — dijo la pelirrubia llegando hacia él — Y-yo se que eres fuerte... Por favor, no te vayas así...

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora