Capítulo 22

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Segundo caído

— R-Rose...

El débil susurro de la castaña se escuchó, viendo como la peligris los miraba con una sonrisa triste y débil, con un semblante que le recordaba a su padre cuando murió. Una pequeña lágrima se deslizó por la mejilla de Rose para luego caer, de forma lenta, y cerrando sus ojos mientras caía.

— ¡Rose!

Leo no permitió que la peligris cayera al suelo, sosteniéndola con sus brazos alrededor de ella, pero al intentar caer con el peso de su cuerpo, el pelirrojo no resistió y cayó con la peligris en su brazos, de rodillas al suelo. Junto a él, la castaña también siguió su acción.

Parece que su amiga se metió donde no la llamaban.

Sintió como su mano se llenaba con un viscosidad, como de algo saliendo de la espalda de la peligris. Sacó su mano para ponerle al frente suyo, temeroso a lo que su cabeza le estaba diciendo que era y que no quería creer.

Era sangre.

— No, no, no, Rose...

July pudo ver desde atrás del pelirrojo, que su mano tenía sangre, proveniente de la peligris. Cubrió su boca con sus manos y negando varias veces se apartó de ellos dos.

El fuego estaba expandiéndose por toda la habitación, casi llegando hasta donde estaban ellos, pero lo raro de la situación era que donde ellos estaban, el fuego no se expandía, es decir, que había algo más que hacía que el fuego no llegara, o más bien, para que no llegara hasta la mujer.

El castaño aún no sabía de la situación, porque había estado al pendiente de sacar rápidamente a la castaña para que no se intoxicará con el humo del fuego. Al salir y dejar a la castaña a salvo, dirigió su mirada hasta donde minutos antes la peligris se había quedado, pero grande fue su sorpresa al no verla allí.

— ¿Rose?

La risa macabra de esa mujer, llegó hasta los oídos del castaño, y luego el grito lastimero de la castaña dio a entender que algo estaba pasando dentro de la habitación.

— ¡July!

¿Es estúpido, verdad? Cada uno cae en cada trampa que se les atraviesa en sus caminos.

— ¡Callate maldita!

Jay no aguantó más y entró nuevamente a la habitación. Al pisar, pudo notar que el humo solo se concentraba en el centro de la habitación y la parte última de ésta, lugar donde había una mesa, aunque ya parecía restos de ésta. Escuchó sonidos de golpes entre objetos y respiraciones agitada entre sí, teniendo más confusión.

Por otro lado, la castaña estaba en el suelo tratando de recuperar el aliento después de haber sido golpeada con un objeto que a simple vista no pudo visualizar. El pelirrojo estaba tratando de que esa mujer no se acercara hacia ellas, peleando a puño mientras sentía como el humo le estaba mareando.

July pudo visualizar el mazo cerca de la peligris, ya que minutos atrás lo había botado para ayudarla a levantar. Aún mareada y viendo como el pelirrojo había sido derribado por la mujer, no tuvo más opción de arrastrarse débilmente y con dolor en su cuerpo hasta el mazo.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora