Capítulo 34

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La castaña tenía una mirada perdida mientras caminaba a lado de los dos chicos. Iban en un gran silencio, después de la muerte de Camila, provocó un gran vacío en el grupo que era difícil dejarlo pasar.

Leo solo los miraba de reojo, notando los rostros tristes y cansados de los chicos, sintiéndose mal por las estupideces de juegos que el Jefe provocaba tan solo aplastar un estúpido botón.

Sus vidas estaban en juego. Y si no llegaban rápido hasta el final y ganar el juego, todos iban a morir e iban a descubrir su verdadera  identidad, y sería peor porque dañaría todos sus planes que había planificado antes de adentrarse a ese infierno.

Su último objetivo del plan era acabar con esa organización después de tener en sus manos todas las pruebas suficientes de lo que realmente hacían puertas adentro, y además, quería saber qué hacían con las personas después de que los juegos acabarán como también poder recuperar su memoria y su pasado.

Miraba a July nuevamente de reojo, sintiendo pleno por unos instantes porque al parecer había encontrado a la persona que hacía complementar ese vacío que había sentido desde hace años. Suspiró inconscientemente y trató de seguir el caminar de los demás, sin intención de formular alguna palabra por el resto de los minutos.

Segundos después llegaron hasta las escaleras, bajando un poco apresurados por el temor de que alguien pudiera aparecer de la nada y pudiera ocasionar algún daño en medio de las escaleras.

— ¿Qué piso es?

La voz de la castaña logró dejar a un lado el silencio que se había formado.

— Uhm, no recuerdo. El mapa se perdió — suspiró el pelirrojo.

— Quiero pensar que ya estemos llegando al piso final.

— No lo creo, hemos bajado dos pisos más. Al parecer estamos en el piso 19.

— Lo estamos, miren — el castaño indicó al tablero que estaba pegado en la pared de su lado.

— Entonces faltan 6 pisos más — musitó la castaña.

— Debemos seguir, ya nos falta poco.

La castaña suspiró.

— Necesito tanto un descanso, pero ya quiero llegar. Por el momento nos han dejado en paz.

— También quiero hacer lo mismo, pero es verdad, ya nos falta poco y ellos no nos han molestado.

— No debemos bajar guardia chicos, en algún momento nos pueden caer de sorpresa.

Ellos siguieron por el pasillo en un completo silencio nuevamente. July ya no quería seguir así con eso silencio incómodo, así que empezó hablar.

— Leo, ¿Podremos descansar? — preguntó — Ya no aguanto el dolor de mi cuerpo y más de mis pies.

Leo pudo notar el cansancio en sus ojos de la castaña. Claramente daba indicios de querer desmayarse en cualquier momento si no descansaba ya. El pelirrojo asintió ante el pedido de la castaña y siguieron unos pasos más hasta llegar a una parte donde no había mucha suciedad.

— Yo vigilaré hasta que ustedes puedan descansar — dijo el pelirrojo.

El castaño asintió y se acomodó un poco para que pudiera descansar mejor y no pueda dolerle luego el cuello por la mala postura. July se puso a lado del pelirrojo y posó su cabeza en el hombro de Leo y éste no parecía rechistar, más bien le gustaba esa sensación de calma y tranquilidad que le brindaba la castaña a su lado.

— Extrañare mucho a Camila — susurró la castaña.

— Yo también la extrañare, y será difícil para los tres cuando por fin ganemos y podríamos seguir nuestra vida normal.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora