Epílogo

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Un años después

— No hemos encontrado nada por esa zona, Agente Brown — un fuerte suspiro escapó de sus labios al escuchar al oficial frente suyo, clavando sus uñas en el papel que tenía entre sus manos.

Había pasado un año de lo sucedido, pero para July aún parecía que fue ayer que estuvo dentro de un maldito calvario infernal que la dejó secuelas de por vida, pero ha intentado superar cada una de ellas al pasar los meses.

George Brown, el jefe de toda esa organización delictiva, fue condena a la pena de muerte después de que muchas personas al enterarse de lo ocurrido y de lo que hacía allí dentro, contando también los familiares de las víctimas, hubo una fuerte marcha y revuelo por todo el mundo, logrando una justicia plena y justa por todo el daño que había ocasionado ese hombre durante muchos años.

Muchos familiares lloraron desconsoladamente al enterarse de la muerte de sus hijos cuando hicieron la recuperación de sus recuerdos. Entre esas familias, conoció a las de sus amigos: Freddy, Rose, Camila, Jay y de Leo. Le dolió tanto verlos llorar por sus hijos y enterarse de una forma cruel que sus hijos fueron víctimas de un loco psicópata que no le importó el sufrimiento de ellos durante todo ese tiempo que tuvieron que pasar.

Desde el primer que la familia de Leo llegó a conocer a July, lloraron de felicidad al verla porque su hijo al fin había encontrado a la chica que siempre la soñaba. Nunca se imaginó enterarse que Leo tenía muchos recuadros de ella en su pequeño sótano, como un modo de plasmar la imagen de aquella chica en un recuadro para nunca olvidar su rostro y así poder encontrarla en la misión que estaba a punto de tener.

También se enteró de muchas cosas más, entre ellas que el verdadero nombre del pelirrojo es Leonel Dew y que en realidad era Agente, pero que había entrado a la universidad con el nombre de Jackson Dew en la carrera de Informática por la misión de su Organización y para infiltrarse en esa red delictiva. Todo eso había hecho durante esos dos años, teniendo que pasar dentro en ese infierno y cuidándose de si mismo para que nadie sospechara que tenían a dos Agentes infiltrados en su organización.

Al tener ese vacío en su pecho y saber que algo no estaba bien a su alrededor, Leo emprendió un largo trabajo de mucho peligro para desmantelar esa red criminal y para buscar a la chica que veía en sus sueños.

Leo la encontró, la protegió y la salvó hasta lo último que el edificio se derrumbó. Ella no quería creer que Leo estuviera muerto, lo sentía desde lo más profundo de su corazón porque había algo que hizo creer aún más que Leo pudo haber sobrevivido.

Después de que el edificio se derrumbara, hubo una parte que no llegó a destruirse y tampoco caer, la cual conectaba a un túnel que tenía dos salidas: una que llevaba a las costas del mar y la otra al bosque. En esa zona pudieron encontrar el cuerpo sin vida de Jay y de dos personas que al parecer se encargaban de incinerar a los cuerpos de los jóvenes que habían muerto durante el juego y luego mandar al mar las cenizas; por lo que tuvo una entierro formal y merecido tal y como había querido ella y Leo. Debido a eso, July tenía esperanza de encontrar vivo a Leo si él hubiera llegado a esa zona y hubiera salido por ese túnel. Por eso había estudiado para ser Agente.

Sin embargo, ha pasado un año desde lo sucedido y no hay ningún rastro de Leo por ningún lado. July se encontraba desesperada y es que no hay ningún día que no deje de buscar a Leo.

— ¿Dónde estás amor? — susurró para sí misma.

— Agente Brown, es mejor que cerremos el caso de Leonel Dew — dijo el Comandante.

— ¡No! ¡No puede hacerlo Comandante!

— Lo hemos estado buscando desde hace un año y no hay ningún rastro que pudiera llevarnos a su paradero.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora