Capítulo 12

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Manipulados

— ¿Leo? — preguntó temerosa la castaña.

El humo se iba desvaneciendo. La castaña y los demás estaban consternados y temerosos al no escuchar ninguna palabra del pelirrojo después de que él disparó.

July vio perfectamente una cabellera roja que se hacia más notoria a medida que el humo iba desapareciendo.

— Estoy bien — dijo el pelirrojo mirando hacia al frente.

Rose desvío su mirada hacia el suelo, sorprendiéndose de ver al hombre que yacía en el suelo con un gran charco de sangre a su alrededor.

— E-Esta muerto — dijo la peligris.

— Si — musitó el pelirrojo.

July se levantó, quejándose un poco del dolor que se sentía por todo su cuerpo y se dirigió hasta el pelirrojo, llegando a su lado. Puso su mano en el hombro del pelirrojo, llamando su atención.

— Lo hiciste bien — musitó mientras acariciaba su hombro.

Él solo le dio una cálida y sincera sonrisa, mientras bajaba su bazuca.

— Pensé que no nos íbamos a librar de este psicópata — suspiró el pelirrojo desviando su mirada hacia los demás, llegando hasta la peligris — ¿Estas bien? — le preguntó al ver como el castaño pasaba por el brazo de ella, una tela vieja.

— Creo que solo fue un rasguño... Por suerte no fue profundo — dijo el castaño.

— E-eso es bueno — susurró la pelirrubia.

— Debemos salir de aquí — mencionó el pelirrojo y desvío su mirada hacia la castaña, primeramente en su hombro y luego a sus ojos.

July se dio cuenta de lo que estaba haciendo, por lo que sacó rápidamente sus manos del hombro del pelirrojo y carraspeó un poco incómoda.

— L-lo siento... — dijo avergonzada.

— No te preocupes... Realmente me sentí reconfortado — dijo sinceramente el pelirrojo, regalándole una pequeña sonrisa.

— Oh... — ella asintió y caminó hacia los chicos, sintiendo sus mejillas ruborizarse.

Qué linda se ve sonrojada.

El pelirrojo sonrió al ver lo tímida que podía ponerse la castaña ante aquello. No podía negar que algo muy dentro de él se estaba removiendo de tan solo verla la castaña. Tenía su objeto bien claro, pero había algo más que hacía dudar, más bien, que lo ponía loco cada vez que la veía en peligro o si alguien le estuviera  haciendo daño.

No quería pensar muy pronto sobre todo lo que estaba pasando en su interior, porque no sabía si podría haber la posibilidad de que es alguien que ya había pertenecido en su vida antes de lo sucedido.

Debo calmarme, joder...

Vamos, Leo...

July estaba en el umbral de la puerta, esperando que el pelirrojo se pusiera en marcha para salir de la habitación y poder seguir su recorrido. Todos ya habían salido de la habitación y solo él faltaba.

Él asintió mientras agarraba la linterna que se había caído minutos atrás y vio por última vez al hombre que yacía en el suelo.

Hasta nunca, maldito bastardo.

***

— Me duelen mi brazo — se quejó la peligris.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora