Capítulo 10

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El juego del payaso. Parte 2

— No, no, no, ella no — siseó el pelirrojo — Cuídense hasta que yo vuelva chicos.

— Espera Leo, no podemos dejar que te vayas solo — dijo el castaño.

— July está en peligro con un loco psicópata o no sé... Debo ir por ella.

Su desesperación por encontrar y salvar a la castaña de la persona que estaba detrás de un megáfono, eran tan grandes que parecía que iba a descontrolarse. Talves nadie podía tomar en cuenta esa situación, pero la pelirrubia notó aquello como algo inusual, es decir, tan poco tiempo y él se comportaba como si la hubiera conocido hace algún tiempo atrás sacando de sí mismo esa fuerza de querer protegerla y si fuera posible matar a cualquiera que la hiciera daño. Pero eso era tonto por la simple razón de que la castaña parecía no conocerlo, entonces...

¿Qué pasaba en realidad con Leo?

Más allá de que estaba tratando de entender las razones del por cual estaban en ese lugar tan horrible y más sentirse tan mal y con mucho miedo en todo su ser en cada paso que daba, tenía que tratar de entender al pelirrojo.

— Iré por ella y ustedes se quedarán aquí — dijo el pelirrojo nuevamente.

— Leo, te estás olvidando que todos somos un equipo... Que si cada maldito juego que se nos ponga al frente o un maldito loco psicópata nos persigue y que hasta nos quiere ver cómo sus experimentos, debemos derrotarlo todos juntos — dijo el castaño.

— Jay tiene razón, Leo. Llegamos los 6 y los 6 vamos a luchar para sobrevivir — mencionó el pelirrubio — July también es parte de nosotros, que aunque no nos conozcamos mucho, debemos ayudarla, pero todos juntos...

— Solo no quiero que ustedes salgan heridos — musitó el pelirrojo — Tú estás con una pierna herida por una mordedura de la araña... Solo quiero que nadie muera.

— Te entiendo Leo, pero en este momento debemos poner de segundo plano mi herida...

El pelirrojo suspiró resignado. Talves tenían razón, eran un equipo a pesar de todo y nada podría cambiarlo, porque desde el primer momento que despertaron en aquella fría habitación, sus vida estaban en juego y sabrían que en equipo podía sobrevivir.

Sin embargo, había algo que el pelirrojo no podía entender, y era la manera que reacciona cada vez que veía o escuchaba que la castaña estaba en peligro. Su conciencia y en todo su interior, le decía algo que no podía descifrarlo.

Se supone que estaba aquí por obvias razones, pero ¿por qué carajos actuó de esa forma con ella?

Suspiró.

— De acuerdo, tienen razón...

— Volvamos — dijo el castaño con el pelirrubio a su lado.

Ellos asintieron y volvieron por el pasillo que hace unos minutos atrás lo había recorrido. Poco a poco percibieron un olor de químico entrar por sus fosas nasales, era tan potente que hasta tuvieron que taparse para que el olor no llegara hasta sus pulmones.

— Ahora entiendo el por qué ella se quedó atrás de nosotros — musitó la pelirrubia

— ¿Por qué no lo percibimos antes? — preguntó la peligris.

— Ella estaba débil y no le hizo caso a Leo para que la llevara — musitó el castaño.

— Carajos — siseó el pelirrojo.

Están en el camino equivocado mis queridos amigos.

Dijo mientras se reía tan fuerte que Leo empuñó sus manos, haciendo que sus nudillos se tornaran blancos por la presión ejercida en éstas.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora