Capítulo 8

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La llave, tu salvación. Parte 2

— Leo — susurró la castaña al oír por el megáfono de la habitación el grito de Jay y un gran golpe seco, en el fondo.

— Algo pasó — dijo la pelirrubia mientras se levantaba del piso para que el agua no mojara de más su ropa.

— Carajos, está fría — dijo la castaña mientras veía como el agua ya estaba llegando a sus tobillos — Mierda — dijo para luego golpear las esposas en el tubo por la frustración.

— July — susurró la pelirrubia — C-calmate...

— ¿¡Cómo me voy a calmar, si algo les pasó!?

— N-no grites — susurró la pelirrubia nuevamente.

La castaña se dio cuenta del tono que había emanado por la frustración. Su cabeza estaba en un estado donde la poca cordura se estaba yendo al caño por todo lo que estaba pasando, cada maldito segundo o minuto que pasaba era una desesperación que origina miedo e inseguridad en cada paso que daba.

— Perdóname — bajo su cabeza — Solo que...

— No te preocupes, July, yo también estoy así... Ya verás que ellos van a llegar por nosotras.

Ella solo asintió. Su mente divagaba a recuerdos de su familia y sus amistades, aunque más considerada a Sofi cómo alguien importante en su familia, considerando que es la única que ha permanecido con ella desde el primer momento que llegó a la Universidad.

El simple hecho de sentirse con esa amarga sensación de soledad en un mundo donde prácticamente había unos locos por detrás o encima de ellos, hacia que su ser no se sintiera tranquila. La castaña aún no recuerdas cuanto días haya pasado, había perdido la cuenta, porque parecía nomás ayer cuando todo eso se convirtió en un gran infierno para ella y para todas las personas que estuvieron en esa fiesta.

Sin embargo, aquella soledad que se había emanado en todo su ser, ahora se iba convirtiendo en refugio. Aunque podía entender que el cariño que se está a formando por ellos iba creciendo, en realidad, quería borrarlo, porque no sabía si iban a sobrevivir todos hasta el final.

No quiero tener estos sentimientos.

***

— No, no, no...

Uno de los hombres iba directo al pelirrojo con un objeto que era difícil de identificarlo a simple vista por el castaño. Leo estaba ocupado con el otro hombre que había aparecido de la nada con un mangual en sus manos; por suerte el castaño había visto al hombre antes de que con el mangual llegará a golpear al pelirrojo.

Jay se abalanzó al otro hombre que iba justo a clavarle dicho objeto en la espalda, haciendo que los dos cayeran al suelo frío de aquella habitación.

— ¡Jay! — gritó el pelirrojo.

El pelirrojo fue golpeado en sus costillas al haber desconcentrado por escuchar un golpe seco y girar al ver al castaño en el suelo y con otro hombre vestido igual como el que le había atacado segundos atrás.

El hombre enmascarado agarró el mangual y con una gran fuerza lo mandó hasta caer al objetivo, sin embargo, Leo por inercia se dio algunas vueltas a un lado para que el mangual no llegara hacia él. Se levantó rápidamente con un poco de dolor en sus costillas y agarró el palo de madera del suelo.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora