Capítulo 40

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Casi en Libertad

— ¡Jay!

Todo estaba en cámara lenta, viendo como el castaño se quedó estático por algunos segundos y luego empezó a caer al suelo, ante la mirada petrificada del pelirrojo, pero él reaccionó y lo cogió en sus brazos antes que cayera el frío suelo.

Jay, a pesar de estar herido en su cabeza, le sonrió al pelirrojo. Leo solo podía verlo con pena y tristeza al ver a su amigo poco a poco morir en sus brazos.

— C-cuídate mucho y a July. N-no hagas s-sufrir a July, ella s-se m-merece todo lo bueno en este mundo. Y-y también, q-que me perdone.

— D-de eso no lo dudes, Jay — le decía con lágrimas en sus ojos — J-Jay, por favor, resiste...

— Y-ya no estoy sintiendo nada, Leo. M-me duele dejarlos s-solos, p-pero es lo q-que d-decidí d-desde un p-principio — tosió sangre — M-me iba sacrificar p-por ella.

Jay sentía sus párpados pesados y la falta de respiración era evidente, ocasionándole dolor y dificultad.

— N-no, n-no, no puedes morir...

— E-es lo q-que decidí, Leo... — dio un fuerte suspiro — A-acaba c-con t-toda esta m-mierda... — el pelirrojo podía ver cómo Jay cerraba sus ojos, provocando que el pelirrojo se desesperaba al no poder hacer nada.

— ¡J-Jay! ¡N-no cierres tus ojitos! J-Jay, por favor...

— L-los q-quiero — susurró débil para luego dar un último suspiro y lentamente cerrar sus ojos definitivamente.

— ¡J-Jay! — lo atrajo más hacia él para envolverlo con sus brazos y con lágrimas en sus ojos.

— Uno menos... El siguiente.

Con todo el coraje que tenía, Leo miró al sujeto que tenía una sonrisa burlona en su rostro. El sujeto caminó rápidamente hacia al pelirrojo y sin ni siquiera esperar que éste reaccionará, lo agarró desde el cuello y lo alzó.

— Despídete de esta vida...

Con su otra mano tenía una espada, alzando aquella arma hasta ponerlo en su cuello. Sin embargo, Leo por detrás del sujeto pudo ver a la castaña que miraba a Jay con lágrimas en sus ojos y con sus manos hecho puños para luego ver al pelirrojo, que lo miró sorprendida y con sus manos en su boca.

Leo solo sonrió y luego le dio una seña hacia abajo, por lo que ella miró la ametralladora que estaba en el suelo. Sus labios temblaron y agarró la ametralladora del suelo silenciosamente, pero pudo sentir la descarga eléctrica, por lo que lo soltó. Pero nuevamente lo agarró con dolor porque debía hacer algo para que ese sujeto no se saliera con la suya con matar a Leo.

Suspiró y con su cuerpo temblando de dolor por la descargas, apuntó al sujeto.

— D-despídete de este mundo, maldito bastardo...

Sin esperar más y que el sujeto reaccionará, July disparó. El sujeto soltó al pelirrojo y este empezó a toser por haber estado en esa posición por segundos y ya estaba a punto de quedarse sin aire. El giró lentamente para ver el rostro de dolor de la castaña.

— M-maldita... — siseó y la castaña ya tenía en sus manos la hacha que había sido la causante de la muerte del castaño, y lo alzó.

El terror detrás de las paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora