Capítulo 19 - No confíes en él

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Las horas siguientes estuvieron llenas de incertidumbre. Florencia daba vueltas de un lado a otro en el hospital cercano, mientras Lucía y sus padres la miraban con preocupación.

—Hija, tranquilizate. Va a salir todo bien —le dijo su madre.

—No, mamá. Hasta que no venga el médico a decirme que todo está bien con Guillermo no me voy a quedar tranquila.

—Vas a ver que no le va a pasar nada, Flor —Lucía se levantó de su asiento y la abrazó—. ¿Por qué no vas a descansar a la pensión? Nosotros nos quedamos acá.

—No, Lucía. No voy a poder dormir. Yo sabía que ahí había algo malo —aseguró con la piel erizada—. No quiero volver a dormir en ese cuarto.

—Voy a hablar con doña Alicia para que te puedas trasladar a mi cuarto... es más chico pero vas a estar más tranquila —afirmó Lucía.

—No, pero... ¿y vos dónde vas a dormir?

—Yo... ya no voy a vivir más ahí —le confesó con una sonrisa que expresaba más tristeza que alegría.

—¿Cómo? ¿Por qué te vas?

Justo en el momento en que Lucía no quería ahondar mucho en explicaciones apareció el médico.

—¿Y doctor? ¿Cómo está Guillermo? —preguntó la madre de Florencia.

—Ahora está descansando. Por suerte fue un corte no tan profundo en la nuca, le hicimos algunos puntos y se va a recuperar pronto —afirmó él.

—¿Puedo pasar a verlo? —preguntó Florencia.

—Solo una persona puede —le informó el doctor.

Florencia no lo pensó dos veces y se adentró en la habitación donde estaba su amigo. Todo allí se veía viejo y desgastado, desde la madera chirriante hasta la cama herrumbrada donde él se encontraba. Guillermo se veía agotado pero felíz de ver a su amiga junto a él.

—¡Guillermo! ¿Cómo estás? —le preguntó Florencia tomando su mano—. Me tenías re preocupada.

—Estoy bien, tranquila. Solo fue un susto.

—¿Te duele?

—Sí, un poco. Me duele mucho la cabeza —respondió él.

—¿Qué fue lo que pasó ahí adentro?

—Intenté ahuyentarlo, pero no pude. Ese no era Lucas —afirmó Guillermo totalmente convencido.

—¿Cómo sabés eso?

—Lucas no me atacaría de la forma en que lo hizo —le explicó él, aunque no estaba seguro de lo que decía. Simplemente estaba buscando una excusa—. ¡Intentó matarme y vos misma lo viste!

—Pero... capaz se enojó. Vos te arriesgaste mucho, Guille.

—En el fondo sabés que no es él —insistió Guillermo—. Sentí una vibra muy oscura en él. Hay que llamar a un cura para que lo ahuyente.

—¡No! Primero tengo que saber qué quiere.

—Nada bueno, Flor. Así como intentó matarme a mí, lo va a hacer contigo.

—Él no es así... no lo es —Florencia estaba confundida.

—Perdón, quería protegerte... una vez más —confesó Guillermo acariciando la mano de su amiga.

Florencia se dio cuenta que Guillermo nuevamente estaba dispuesto a dar la vida por ella como ningún otro chico lo había intentando alguna vez, y aquello le despertaba sensaciones contradictorias; sensaciones que la confundían aún más de lo que ya lo estaba. Independientemente del resultado, Guillermo había conseguido lo que se propuso desde un principio.

Sombras en la noche (#SdV 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora