Capítulo 24 - Sueños que no son sueños

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La noche se sentía solitaria en casa de los Ferreira. Los niños seguían sin abrirse demasiado con Lucía. Aunque algo le hacía sospechar que las paredes tenían ojos y oídos por todas partes. Lucía se sentía vigilada permanentemente por esos sirvientes extraños que cada dos por tres le generaban un escalofrío muy incómodo al verlos. Solo en su habitación se sentía segura, o al menos eso quería creer. Porque cualquiera, en cualquier momento podría entrar por la noche sin que ella se diera cuenta. Por lo que sufría de insomnio desde que había llegado a aquella casa. Y no era para menos después de las cosas que le ha tocado presenciar. Estaba segura de que había una influencia maligna en esa enorme casona. Pero la de aquel día sería otra, una tal vez más tangible como la que percibía en la mirada sospechosa de Manuel, y que la había interrumpido de dibujar a Pedrito para lidiar con el insomnio. Un estruendo afuera le paralizó el corazón. Algo se había quebrado, parecía ser un vidrio que disparó su alerta. Lucía se asomó por el pasillo y no vió más que oscuridad y desolación por doquier. No se atrevía a salir de su habitación hasta que vio a Martina deambular sonámbula entre las penumbras. La niña se dirigía hacia las escaleras, caminando como un ente sin rumbo en la oscuridad. Lucía se asustó y decidió seguirla para regresarla a su cuarto. Pero seguirle el paso era complicado. La oscuridad era opresiva y el silencio era el ruido más fuerte, aquel que vaticinaba el caos oculto en las sombras.

—Martina, vení acá —le susurraba Lucía, pero la niña no la escuchaba. Se veía obligada a perseguirla hasta el recoveco más inhóspito de aquella casona, imaginándose que alguien más estaba con ellas, o eso era lo que su imaginación intranquila le hacía creer. Lucía se daba vuelta todo el tiempo después de sentir esa escalofriante sensación de que alguien caminaba detrás de ella. Pero ahí atrás no había más que oscuridad—. ¡Martina, volvé por favor! —susurró una vez más hasta que sintió pasos fuertes a lo lejos y el chirrido de una puerta abriéndose.

Alguien más estaba despierto esa noche.

Pero no era quien se imaginaba. Era algo peor, algo o alguien que se escabullía en las sombras, y que portaba una máscara tan brillante como la luna en el cielo, y que parecía atraer a Martina hacia sus garras. Lucía sintió un profundo escalofrío al verlo, y más cuando la pequeña se iba acercando a él, extendiendo su mano tal vez atraída por lo que fuera que se escondiera detrás de esa aterradora máscara blanca.

—¡Martina, no! —Lucía corrió con todas sus fuerzas y la tomó entre sus brazos.

Ambas corrieron en la oscuridad intentando huir de aquel enmascarado que comenzó a perseguirlas como si de su propia sombra detrás de ellas se tratase. La oscuridad era absoluta y Lucía no sabía hacia dónde correr. Estaba desesperada.

—¡Auxilio! ¡Por favor, ayúdennos! —gritaba mientras corría junto a Martina por los pasillos.

Sus gritos pronto fueron escuchados cuando Manuel apareció con un arma dispuesto a protegerlas. De inmediato él disparó dos tiros hacia esa sombra que se escabulló tan rápido como vino entre las sombras. Manuel no estaba seguro de si le había dado o no.

—¡¿Están bien?! —preguntó agitado.

Lucía y Martina estaban abrazadas una a la otra, temblando de miedo ante lo que acababa de pasar.

—Sí —respondió Lucía intentando reponerse del susto—. Si usted no venía, no sé lo que hubiese sido de nosotras. Eso nos estaba persiguiendo.

—Bueno, tranquilas. Ya pasó. Yo estoy acá para protegerlas —Manuel intentó calmarlas. Pero incluso él estaba sorprendido. Un intruso se había colado en su casa y no sabía de quién se trataba, ni qué intenciones tenía.



***

La noche intentó transcurrir tranquila si es que eso era posible después de lo ocurrido. Lucía volvió a arropar a Martina en su cama y esperar a que se durmiera. Manuel las acompañó en todo momento, aún estaba agitado por lo acontecido, pensando quién podría ser que invadió su casa a mitad de la noche. Por más vueltas que le diera, no hallaba explicación. ¿Acaso tendría un enemigo del que no se había dado cuenta?

Sombras en la noche (#SdV 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora