Capítulo 39 - El dulce sabor de la venganza

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El mal rato parecía haber pasado, pero lejos estaba de ser así. Lorenzo aún seguía con resquicios de lo que acababa de acontecer. Aquella música cantada por esos niños diabólicos y las apariciones que utilizó el demonio para engañarlo aún daban vueltas en su cabeza, así como la voz de Nora, quien trataba de llamar su atención mientras caminaban por el patio trasero de la casa.

—¿Estás mejor, Lorenzo? —le preguntó ella.

—Sí, signora. Grazie —él no quería siquiera prestarle atención después de averiguar que no era quien decía ser.

—Ya te dije que no me digas señora, estamos en confianza —Nora solo recibió un silencio de su parte—. Por suerte ya no te chorrea más sangre de las orejas. ¿Querés contarme qué pasó ahí dentro? Estabas irreconocible.

—Ni yo sé cómo explicar cosa successo, Josefina.

—Está bien. No te voy a presionar.

Mi scusi... Josefina, ma... non pensi che sia inappropriato que pasée con la mujer del mio capo?

Nora se rió ante su pregunta.

—Tranquilo, Lorenzo. Él no es celoso.

Cosa significa?

—Que me gustás, italiano —le confesó ella interponiéndose en su camino—. Hay algo en vos, no sé... ese aspecto varonil, de pueblerino, y esa forma de hablar... además cómo manejás el arma, me imagino la puntería que tendrás —le dijo con una sonrisa picaresca.

Signora. Mio Dio! Usted es casada —Lorenzo estaba muy incómodo con sus palabras. No esperaba que se le lanzara de esa manera.

—Mi matrimonio con Manuel es una mentira, Lorenzo. Es puro protocolo como todos esos invitados que trajo ahora... me aburren esas cosas.

Non so cosa succede en su matrimonio, ma non é algo que me incumba.

—Bueno, pero ahora te incumbe saber que no hay problema con Manuel. Además... me encanta lo clandestino —le confesó Nora sin sentir el menor pudor.

Signora Josefina, per favore. Tu sei mi jefa. Non voglio infrangere quel limite —insistió Lorenzo dando un paso hacia atrás.

—¡Ay, Lorenzo! ¿Qué pasa? ¿No te gusto?

Il mio cuore è già occupato, signora.

—Ah... ya una me ganó. Bueno, tranquilo que yo tampoco soy celosa.

Nora se abalanzó hacia él con una sonrisa maliciosa, pero Lorenzo la rechazó de inmediato tomándola de las manos y mirándola directo a los ojos.

Signora! Per favore! No más! —bramó Lorenzo ya bastante harto de aquella mujer—. Rispettami del mismo modo in que io rispetto te.

Él se fue dejándola con la palabra en la boca, y envuelta en furia. Nora creía tener al mundo a sus pies, y se había acostumbrado a manejar a todo el mundo a su antojo, pero se acababa de dar cuenta que con él era diferente. Que él era difícil, pero a ella le gustaban los retos, y sea por las buenas o por las malas, ese italiano iba a ser suyo de alguna manera.

—Ay, italiano... es la última vez que alguien me rechaza. Pronto vas a venir a besarme los pies —afirmó mientras lo veía irse a lo lejos.


***

En la pensión estaban Alicia y Guillermo escuchando a través de la radio las repercusiones del discurso que acababan de Ferreira que acababa de ser sintonizado. Nadie se recuperaba aún de la enorme sorpresa que supuso la reaparición de Josefina, y ya habían personas que le exigían al gobierno que tomara cartas en el asunto respecto a la situación en Europa.

Sombras en la noche (#SdV 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora