🔼 34. EMOCIONES, CHISPAS Y PASIÓN🔽

921 169 43
                                    


«LAS EMOCIONES, CHISPAS Y PASIÓN, SOLO SON PARTE DE LA TINIEBLA QUE NUBLA LA REALIDAD»

***

Ricker era todo lo que necesitaba para ser feliz.

A su lado, los problemas, la tristeza, el enojo y todos los pensamientos y emociones negativas desaparecían.

Reía, disfrutaba y era feliz.

Ricker tenía una brocha y yo un rodillo con el cual pintábamos la pared de color azul cielo. Estaba quedando hermosa. Yo me quité mi uniforme del instituto para no ensuciarlo con pintura y me puse una camisa larga que Ricker me presto.

—¡No! ¡Lo estás arruinando! —digo al ver que pinta en sentido contrario.

Me acerco a él y en un intento por quitarle la brocha, le mancho el brazo con la pintura del rodillo sin querer.

—¡Oye! —se observa la mancha.

—Yo... lo siento —susurro y él sonríe.

—Descuida, fue un accidente —dice acercándose a mí.

No me da tiempo de alejarme cuando siento que junta su brazo con el mío haciendo que también quede manchada.

—¡Ricker! —lo veo con las cejas fruncidas.

—Perdón, pero lo puedo arreglar —él toma mi brazo y me pinta con su brocha. Inmediatamente, quito mi brazo y lo veo con los ojos abiertos.

—¿Qué? Te quería arreglar la mancha dibujándote una estrella —sonríe inocentemente.

—Ah, ¿sí? —entrecierro mis ojos, acercándome a él—. Pues a ti te hace falta esto.

Rápidamente, mancho un pequeño círculo en su bíceps y comienzo a reír.

—¡Oye! —me ve con los ojos entrecerrados—. Quieres jugar, ¿eh?

—Tú iniciaste —digo alzando mis manos de manera inocente.

—Entonces es justo que yo termine —sonríe acercándose a mí.

—No Ricker —doy pasos hacia atrás.

Cuando veo que se acerca más a mí, comienzo a correr alrededor de la mesa. Él me persigue y cuando lo siento atrás de mí, grito.

—¡No! —grito cuando me atrapa y después comienzo a reír.

Ricker intenta mancharme con su brocha, pero lo esquivo y me inclino para tomar el bote de pintura y sin pensarlo, se lo derramo.

Él se queda estático cubriéndose el rostro con sus brazos.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! —me acerco a él al ver que me he pasado.

Él está cubierto de pintura azul y cuando baja sus brazos veo que tiene una sonrisa en el rostro.

—¡Ven aquí, Casey! —extiende los brazos para abrazarme, pero yo continúo corriendo por toda la habitación. Corro y rio demasiado hasta sentir debilidad en mis piernas, pero no me rindo y sigo huyendo de él.

Es muy divertido verlo correr tras de mí, juntos jugando como si fuéramos un par de niños.

En medio del camino tropiezo con el paquete de pinturas y caigo al suelo, cuando estoy por levantarme, Ricker me acorrala.

—Te tengo —murmura en mi oído.

Yo sonrío y veo de reojo su cara cerca de mí. Él está sobre mi espalda, pero recarga sus antebrazos en el suelo para que su peso no caiga completamente en mí. Él sonríe y yo también lo hago.

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora