🔼 7. ERES TÚ 🔽

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Música, luces de color rojas, meseros repartiendo aperitivos y bebidas exóticas, personas riendo y conversando... todos vestían de acuerdo a la temática y también tenían puestos sus antifaces negros.

Yo buscaba la mirada de Ricker, pero encontré otra conocida. Era un chico con sombrero, venía con un traje negro que tenía una capa adherida en él, tenía el antifaz, pero podía ver perfectamente sus ojos negros como la propia oscuridad. Esa mirada la recordaba, seria y penetrante... era la de él.

El ángel oscuro estaba aquí.

No aparte la mirada de él en ningún momento, comencé a caminar cuando mi mente reacciono, primero con pasos lentos y después con pasos rápidos, sentía que me acercaba a él y que lo tendría frente a mí en cualquier instante, pero entonces, él dio media vuelta y comenzó a caminar alejándose de mí.

—¡OYE! —lo llamé mientras caminaba a paso veloz sin importarme empujar a los presentes.

Lo seguí con la mirada, con la intensión de no perderlo. Seguía caminando tras él hasta que vi que entro a un pasillo, él se detuvo y yo lo hice también.

Nadie dijo nada, solo la música se escuchaba, él me daba la espalda y yo decidí ser la primera en hablar.

—Eres tú... —me aclaré la garganta para decirlo más fuerte—. Eres tú, Ángel.

Él giró su cabeza a un lado y estaba segura de que me veía de reojo, pude ver la sombra de lo que parecía ser su sonrisa.

—Te recuerdo, sé que somos hermanos y sé que tú eres el responsable de todo —confieso y él borra su sonrisa.

Sin decir nada, retoma su camino y avanza por el pasillo, yo también me dispongo a seguirlo.

—¿Casey?

Me detengo al escuchar la voz de Ricker detrás de mí.

—¿Estás empezando sin mí? —lo escucho y me giro hacia él. Lo veo acercarse con una sonrisa.

Ricker también tiene puesto un traje negro, además del antifaz. Estaba a punto de decirle sobre el ángel oscuro, pero me recordé que Ricker ya no era de confianza, así que preferí guardarme lo de Ángel solo para mí.

—Estás hermosa —dice, viéndome de pies a cabeza.

Yo lo ignoro y volteo hacia atrás, al ver que no hay rastro de él, tomo aire por la nariz, preocupada. Ángel se ha escapado.

Decidí comenzar y terminar con el objetivo de esta noche.

—¿Dónde está su oficina?

Ricker da media vuelta y sale del pasillo, yo lo sigo hasta que pasamos por todos los presentes y nos adentramos a otro pasillo más grande y oscuro que el anterior.

—Aquí es —se detiene en una puerta y saca unas llaves de su pantalón para proceder a abrirla.

Ricker es el primero en entrar y antes de que yo también lo haga, reviso los alrededores para comprobar que nadie nos ve.

Los dos comenzamos a buscar en la oficina de Ricardo algún documento o evidencia que pueda incriminarlo, pero no conseguimos nada. Pasamos largos minutos en silencio buscando, hasta que Ricker habla:

—¿No te acompaño tu novio?

Dejo de buscar en el cajón y frunzo las cejas al escucharlo, lo veo a la cara y me percato de que él también me observa atento a mi respuesta.

—Creí que Ronni y tú, eran novios, eso le dijo Hanna a Axel —continúa él.

Frunzo más las cejas al estar confundida.

—Hanna le dijo a... ¿Axel?

Ricker aprieta los labios por un segundo, pero después me responde:

—Son novios, otra vez.

Desvió la mirada de él y niego con la cabeza mientras cierro los ojos. Seguro se trata de otra mentira de su parte.

—Entonces... ¿Ronni y tú no son novios? —insiste.

Lo veo a los ojos antes de responderle fríamente:

—Lo que pase entre tu primo y yo, no te importa Ricker.

Él me ofrece una sonrisa torcida y comienza a caminar hacia mí.

—Lo que pase con Ronni me importa poco, pero lo que pase contigo... me importa mucho Casey. ¿Cuántas veces te tengo que repetir que yo no soy el villano? ¿Cuánto tiempo más tengo que decirte que me arrepiento? Dime, solo dime qué quieres que haga para que me perdones.

Me quedo en silencio mientras observo sus ojos grises frente a mí.

¿Cómo decirle a Ricker que ya no quiero sufrir por su culpa?

¡No quiero enamorarme! Aunque sinceramente... nunca deje de hacerlo.

Ricker está a punto de decir algo, pero unos golpes en la puerta nos ponen en alerta. Observo mi entorno y esta vez, no hay armario que nos salve.

—Ven —susurra tomándome de la mano.

Ricker apaga la luz de la oficina y nos ocultamos bajo el escritorio.

—Si nos descubren diremos la misma mentira que dijiste con Ronni en la comisaria —susurra viéndome a los ojos.

Frunzo las cejas al saber que él ya lo sabe, veo como se quita la chaqueta y el antifaz. Escucho como vuelven a tocar la puerta y entran lentamente, Ricker y yo nos vemos a los ojos deseando que no se dirijan a nosotros.

Guardamos silencio en espera de que la persona se vaya, sin embargo, nos sorprendemos al escucharla.

—No están aquí.

Ricker y yo nos vemos con los ojos abiertos, es la voz de Rosalind.

—Perdóname angelito, pero ese no es mi trabajo. Yo solo tengo que asustar a Casey y ya, no perseguirla como el acosador que eres.

Al parecer, está hablando por teléfono con el ángel oscuro. Yo sabía que ella tenía una relación con él.

—No te tengo miedo angelito, así que ahórrate tus amenazas. Seguramente están en otra oficina.

Escucho como se aleja y apaga la luz antes de cerrar la puerta.

—Quédate aquí Casey, iré por ella —Ricker sale del escondite y antes de que se vaya lo sujeto del brazo inconscientemente.

—Ten cuidado —susurro y él me ve a los ojos por unos momentos.

—Quédate aquí —repite y se aleja de mí.

Rosalind y Ángel, ambos conspirando contra nosotros.

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NOTA DE AUTORA:

¡¡¡DOBLE ACTUALIZACIÓN!!!

Corre a leer si quieres saber otro gran secreto que Alannis y Alonso le ocultan a Casey.

¿Crees que Rosalind le haga algo malo a Casey?

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora