🔼 EPILOGO 🔽

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Ricker

Termino de leer la nota y mis ojos comienzan a arder. No puedo creer que ella se haya ido.

¿Por qué no se quedó a mi lado y sanamos juntos?

¿Por qué no lo superamos juntos como cada una de las desgracias que vivimos?

Salgo de la guarida y subo al auto, comienzo a manejar deseando que Casey no se haya ido aún. Tengo que hablar con ella, o tan solo despedirme como se debe, quiero abrazarla y besarla... necesito verla y saber que está bien.

Sé que estuvo internada y que por eso no la pude ver durante estas semanas, pero ahora que he salido del hospital, deseo verla y hablar con ella.

Conduzco hasta llegar a la central de Rossenfel y cuando lo hago, inmediatamente salgo del auto, pero me detengo al ver que Hanna y Halsey suben al transporte público... sé que he llegado tarde y que Casey se ha ido. Aprieto los labios y me limpio la cara con mis manos.

No pude despedirme de ella ni decirle cuanto la amo. Pero Casey también se quedará siempre conmigo; en mi corazón, en mis recuerdos, en mi cuerpo y en mi alma, porque esa chica imaginaria... cambio todo de mí.

***

Llego a la guarida y me siento afuera de ella, recargo mi espalda en la pared y me revuelvo el cabello con las manos.

No puedo creer que ella se haya ido.

No puedo creer que esto al fin haya terminado y ella no esté conmigo.

—¿Por qué tuvo que ser así? —me pregunto a mí mismo.

—Un día un amigo me dijo que las cosas siempre pasan por algo, quizás para darte lecciones, para que aprendas y te vuelvas más fuerte.

Me contesta desde el interior de la guarida, sonrío y me levanto del suelo para entrar a la casa. Abro la puerta y la veo parada a unos pasos de distancia.

—Casey...

—Ricker...

Decimos al unísono y sonreímos.

—Si hubiese sabido que volverías tan rápido, no me hubiese molestado en ir a buscarte —bromeo sonriendo y acercándome a ella.

—No pude irme. No podía comenzar de nuevo sin ti —susurra.

Casey

—Perdóname por no ir a visitarte en el hospital, perdón por escribirte esa carta y no despedirme...

—Shh... —Ricker se acerca más a mí y acaricia mis mejillas—. Estás aquí y eso es lo que importa.

Sonrío y mis ojos se llenan de lágrimas al verlo frente a mí; su rostro, sus ojos grises y esa mirada que tanto extrañe.

—Te amo mi chico invisible —digo y él sonríe mientras limpia mis lágrimas con sus pulgares.

—Te amo mi chica imaginaria —susurra y se acerca a besar mis labios.

Subo mis manos a sus brazos y me dejo llevar por el beso, un beso lento y cargado de amor y necesidad. Un beso que me hace recordar el primero, el segundo y todos los que nos dimos. Un beso que me recuerda a la primera vez que me entregue a él y a todas. Un beso que se siente eterno y que deseo, así sea.

***

Ricker y yo sufrimos mucho por culpa de las sombras del pasado, por culpa de los engaños, de la venganza, del odio y de la obsesión, pero ahora todo ha terminado.

El pasado ha sido eso, pasado. Ahora los dos seguiremos con nuestras vidas y la escribiremos juntos. Una vida llena de felicidad, de amor, pasión, amistad y sin oscuridad...

Este era nuestro inicio juntos y el final del ángel oscuro, porque el ángel oscuro ya era cosa del pasado.

FIN

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NOTA DE AUTORA:

¡GRACIAS!

Gracias por llegar hasta el final y por darle una oportunidad a esta increíble historia de Casey y Ricker ♥️

Espero que la hayas disfrutado mucho y que la compartas con otras personas ♥️

En la siguiente parte les daré los agradecimientos especiales y otros avisos ♥️

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora