🔼 25. NOCHE OSCURA 🔽

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—¿Por dónde comenzar estrellita? Todo comenzó con el pasado de nuestros padres. Verás, Ricardo tuvo un amorío con la esposa de su hermano Ángel, Cassandra. Ella se embarazó de mellizos, tú y yo. Pero ella no pudo hacerse cargo de nosotros, porque ya tenía una familia, así que nos regaló. Ese fue el comienzo de nuestra historia, estrellita. Los dos fuimos muy felices, nos criamos, crecimos juntos y disfrutamos mucho siendo como uno mismo.

Niego con las cejas fruncidas.

—Yo no lo recuerdo así.

—Porque Alannis y Alonso me separaron de ti, ellos no querían que fuéramos felices, estrellita. Estaban celosos de nuestro amor, porque...

—¿De qué hablas? —lo interrumpo—. ¿Qué amor?

—El que siempre nos tuvimos desde que existimos. ¿No es increíble? Estuvimos juntos desde que nos concibieron, desde el vientre de Cassandra queríamos unirnos en uno solo, seguro lo conoces como el síndrome del gemelo evanescente. Nosotros dos estamos destinados a pertenecernos, Casey.

Me quedo en silencio asimilando sus palabras, no puedo creer lo que estoy escuchando... Él está desquiciado, ¿cuáles son sus verdaderas intenciones conmigo?

—Tendremos un futuro juntos, Casey, seremos felices los dos con Lucy. Los tres formaremos una hermosa unión —estira su mano para tocar la mía, pero yo la quito de inmediato y me levanto de la silla.

—¡Somos hermanos! —grito.

Él se levanta y se acerca a mí.

—No importa, Alannis y Alonso también lo eran y nos criaron a los dos.

Niego rápidamente, Alannis y Alonso fueron el peor ejemplo de padres.

—Estás enfermo Eduardo —niego con la cabeza.

Él me sujeta el brazo y yo trato de deshacerme de su agarre, pero con su otra mano, sujeta y aprieta mi cintura, haciéndome recordar malos momentos.

—¡SUÉLTAME! —grito tratando de liberarme de él.

—¡No soy Eduardo! Soy Ángel, el ángel oscuro que tú creaste mi amor —susurra cerca de mí.

—¡Suéltame maldito, enfermo! —grito al sentir que acerca su rostro a mi cuello.

—Vueles bien, Casey —susurra en mi oído y yo cierro los ojos al sentir asco.

Esto no puede ser cierto. Ahora su obsesión por mí tenía más sentido, porque ese maldito siempre me vio de otra manera más que su hermana.

—Suéltame, por favor —susurro, esta vez sin oponer resistencia.

Él me da un beso en el cuello y me suelta, yo me alejo de él y lo veo con asco mientras siento mi estómago revolverse. Siento que en cualquier momento vomitaré y aprovecho eso para usarlo como excusa.

—Necesito agua —me aprieto el estómago y me siento sobre la silla.

—¿Estás bien? —pregunta y yo niego.

—Tráeme agua, por favor. ¡Necesito agua! —suplico y él se va corriendo a conseguirla, veo que entra a la mansión y sé que es el momento perfecto para escapar.

Me levanto y corro hacia la reja, compruebo que, efectivamente, está cerrada, así que la escalo. Lo hago rápidamente, aunque el vestido se atora con la herrería en más de una ocasión, pero logro desatorarlo y doy un salto para caer al otro lado, observo el lugar y todo es como lo recuerdo. No pierdo tiempo y corro hacia el bosque cuidando mi camino, volteo hacia atrás y luego al frente, corro tratando de no golpearme con las ramas de los árboles y de no caer con sus raíces.

El bosque está en completa oscuridad, la única fuente de luz que tengo ahora, es el brillo de la luna. Respiro agitada, sin dejar de correr, mis brazos me arden por los rasguños que me han causado las ramas. Veo las luces de los autos que pasan por la carretera e incremento mi velocidad para poder llegar y pedir ayuda, sin embargo, retrocedo al sentir como me jalan el cabello y hacen que caiga hacia atrás.

—¡AH! —caigo al suelo y me golpeo con las piedras.

—No puedes escapar de mí estrellita —susurra frente a mí, su mano se eleva y puedo ver que tiene una jeringa en ella.

—No... —niego con la cabeza.

—Sí... —acerca la jeringa a mi brazo y me inyecta el contenido.

Siento que lágrimas salen de mí, quizás por el dolor, el miedo, la impotencia y la desesperación.

—Así estarás más tranquila y dormirás un poco.

La inyección provoca el mismo efecto que la primera vez. Veo el cielo y las estrellas borrosas, mi cabeza me duele y mi cuerpo se debilita.

—Recuerdas cuando nos escapamos de la mansión y venimos aquí a ver la lluvia de estrellas —ríe—. Aquí yo te bauticé como estrellita y tú lo hiciste conmigo como ángel oscuro, ¿Lo recuerdas?

Escucho su voz lejana, pero clara. Desvío la vista del cielo hacia él y ese recuerdo viene a mí antes de cerrar los ojos y quedar inconsciente.

***

"—¡Apúrate Casey! —exclamo Ángel mientras corría por el bosque tomándome de la mano.

Yo corrí tras él hasta que nos detuvimos a unos metros antes de llegar a la carretera, nos acostamos sobre el pasto y la tierra, y vimos la oscuridad del cielo, las estrellas y la luna llena. El día de hoy habría una lluvia de estrellas y Ángel y yo estábamos muy emocionados por verlas.

—¡Ahí está! —me señalo una parte del cielo y yo lo pude ver con fascinación.

—¡ES HERMOSO! —grité con emoción.

Una estrella pasaba a gran velocidad por el cielo. Yo veía con emoción ese gran espectáculo, mientras que Ángel, me veía a mí.

—Tú eres tan hermosa como la estrella.

Reí por su imaginación y volteé hacia él.

—¿Tú también? —quise agradecerle y él comenzó a reír.

—A partir de ahora, serás mi estrellita, la niña más hermosa y brillante que conozco.

Reí y quise regresarle un cumplido, pero no sabía cuál, así que le dije lo primero que se me ocurrió.

—A partir de ahora, tú serás mi Ángel... mi ángel ¿oscuro? —dije al ver la oscuridad del cielo.

Él comenzó a reír y asintió con la cabeza.

—Seremos el ángel oscuro y la estrellita, los dos para siempre —reímos y él me tomo de la mano mientras esperábamos a ver más estrellas fugaces"

***

Yo creé al ángel oscuro y alimenté su obsesión sin siquiera saberlo.

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NOTA DE AUTORA:

¡HOLA!

Espero que hayan disfrutado de estos tres capítulos y me apoyen con su voto ♥️

Prepárense para lo que se viene 💥

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora