🔼 11. PREGUNTAS🔽

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«SI QUIERES OBTENER RESPUESTAS, EMPIEZA POR APRENDER A MENTIR»

***

—No, no estudio. Trabajo en el negocio de mi padre, hago análisis de nómina y administración del personal. Todo desde aquí —me muestra su celular agitándolo en el aire.

—¿Qué negocio tiene tu padre? —vuelvo a preguntar.

—Antes tenía un casino, ahora solo tiene un club nocturno.

—¿Y por qué vinieron a Rossenfel?

—Ricardo dice que por negocios, pero yo no le creo.

Estaba a punto de preguntarle otra cosa, pero Ricker me interrumpió.

—¿Tú también trabajas para tus padres?

—No, solo estudio y los acompaño en algunas reuniones de negocios.

—¿Y te gusta lo que hacen? —me pregunta con las cejas fruncidas, como si lo que hicieran mis padres estuviese mal.

—En realidad no me gustaría dedicarme al manejo de las empresas, tampoco me gustaría administrar las ganancias del casino como lo hace Alannis. Yo solo quiero terminar mis estudios y poder ejercer mi profesión como médico forense, eso sí, es lo que me gustaría —respondo sonriendo.

—¡Excelente! No cabe duda que cada persona es un mundo. Yo te pensaba más como... psicóloga —dice y sonríe.

Su sonrisa es hermosa...

—Y a ti, ¿te gusta trabajar con tu padre? —le regreso la misma pregunta.

—A mí me gustaría ser el dueño, tener todas las comodidades y hacer lo que quiera con mi poder –responde con una sonrisa.

***

La tarde transcurrió muy rápido, entre preguntas y respuestas veo que el cielo está tornándose oscuro.

—Es hora de irme —digo y me levanto de la silla—. Mis padres llegarán en poco tiempo.

—Te acompaño —dice Ricker también levantándose del suelo—. Ahora Rossenfel se ha vuelto un lugar inseguro, es peligroso que vayas por ahí tú sola.

Ambos salimos y caminamos hasta llegar a mi casa, hablamos muy poco, pero lo suficiente como para saber que Ricker no es como yo pensé. Él no es una persona peligrosa o poderosa, como creí en un inicio, solo es una persona que, al igual que yo, vive bajo las sombras de sus padres y busca la verdad que estos ocultan.

—¿Quieres pasar a comer algo? —le pregunto cuando nos encontramos en el portón de mi casa.

—No, debo de volver con Ricardo. Gracias —responde con una sonrisa.

—Gracias a ti por invitarme de comer —sonrió al recordar el gran gesto que tuvo conmigo.

—No es nada, seguro tú harías lo mismo por mí.

Asiento con la cabeza, veo su hermosa sonrisa y el hermoso color de sus ojos.

¡Él es muy guapo!

—Nos vemos ¿mañana? —me... ¿Está invitando?

—Sí, está bien —asiento con la cabeza y para no seguir embelesada con él, me doy media vuelta para entrar a casa, pero... él me toma del brazo y entonces volteo a verlo.

Ambos estamos frente a frente, más cerca que antes, sus ojos... me encantan.

—Tenemos que comunicarnos por cualquier emergencia, ¿no? —murmura y yo solo puedo decir:

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora