🔼 35. ESTÁS EN PELIGRO CASEY🔽

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«LOS RECUERDOS NUNCA SE OLVIDAN, SOLO QUE SABEN ESCONDERSE MUY BIEN»

***

Casey

Abro los ojos lentamente y veo la luz de un foco, frunzo las cejas y veo a mi alrededor.

Estoy en la guarida y... recuerdo todo.

Volteo y encuentro a Ricker acostado a mi lado, él está vestido con su pantalón y tiene sus brazos cubriéndose la cara. Lo observo atentamente y escucho como suspira.

—Está muy cómoda la cama, ¿cierto? —dice bajando los brazos.

Yo sonrío al saber que estamos acostados sobre los periódicos que puso en el suelo.

—¿Cómo te sientes? —dice volteando a mí.

—Bien... —le sonrío y me quedo en silencio—. Perdón por arruinarlo —susurro.

Ricker me ve a los ojos y frunce las cejas.

—Tú no has arruinado nada, Key —sube su mano y me acaricia la mejilla mientras yo le sonrío.

—Era mi primera vez... yo... no, no sé —susurro avergonzada, pero Ricker sonríe y se acerca a besarme los labios.

—Yo te enseñaré cuando estés lista —dice, y sonrío por sus palabras—. Casey... ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?

Frunzo las cejas sin entender.

—¿Cicatriz?

Ricker asiente.

—Esta... —siento que acaricia mi espalda de arriba abajo y me arqueo ligeramente.

—Ah... tuve un accidente cuando era pequeña.

—¿Qué tipo de accidente? —pregunta con las cejas fruncidas.

—Eh... no lo recuerdo. Pero mis padres me dijeron que había sido un accidente —digo pensativa mientras Ricker asiente lentamente

No me había detenido a pensar a cerca del verdadero origen de mi cicatriz, desde siempre he sabido que fue a causa de un accidente, pero ¿qué tipo de accidente? Mis padres me ocultan cosas, más de las que imaginé...

—¿Qué hora es? —le pregunto al ver que el cielo aún sigue claro.

—Son las siete de la mañana —responde sonriendo. Yo no caigo en su broma, hasta que me doy cuenta de que no es una broma.

—¡¿Qué?! —sin demorar más tiempo, me cubro con la toalla y me levanto en busca de mi ropa.

—Tranquila —dice sonriendo y levantándose también.

—Alannis... Alonso. ¡Ay, no! ¡Me van a matar Ricker! —me desespero buscando mi uniforme.

Él ríe y me entrega mi ropa. Voy al baño y me cambio rápidamente mientras hago algunas llamadas a mis amigas y a Paúl. Cuando salgo, busco mi mochila y me dirijo hacia Ricker.

—Tengo que irme, Paúl ya viene por mí —digo rápidamente y le doy un beso fugaz en los labios. Camino rumbo a la salida, pero sus palabras me detienen:

—Nos vemos en cuatro días, chica imaginaria.

Detengo mis pasos y frunzo las cejas para después girarme hacia él.

—Hoy iré por mi hermana a Rossbol y terminaré de arreglar todo en cuatro días —me explica. Yo suspiro y me acerco a él.

—Te extrañaré —le susurro y él me sonríe.

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora