🔼 5. DÉJÀ VU 🔽

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El día de visitar a la señora Daisy había llegado. Ronni y yo tomamos el autobús hoy por la mañana y ahora nos encontrábamos sentados en la sala de espera. El centro psiquiátrico es un lugar prestigioso en Rossbol y ahora entiendo el porqué.

El centro es grande; está compuesto por cuatro niveles, un gran patio y pequeños jardines por doquier. Cada punto se encuentra en total limpieza y belleza, alrededor del gran patio hay arcos que lo separan con el interior del centro. En el interior están las salas de espera y algunos pequeños negocios ambulantes, mientras que en el segundo piso y en los demás se encuentran los pacientes.

A diferencia de cómo se suelen describir todos los psiquiátricos, este no da terror ni desconfianza, tampoco sus paredes son blancas, sino de color amarillo pastel.

Siento la mano de Ronni tomar la mía, lo veo y sigo su mirada, veo que una enfermera se acerca a nosotros.

—La señora Daisy está lista para recibirlos, por favor síganme —dice y da media vuelta para comenzar a caminar.

Nosotros seguimos a la enfermera, subimos por un elevador hasta llegar al segundo nivel. Según Ronni, los niveles sirven para clasificar a los pacientes de acuerdo a la gravedad de su estado. La señora Daisy inició en el tercer nivel, pero gracias a que ha mejorado significativamente, ahora se encuentra en el segundo nivel.

Salimos del elevador y entramos a un amplio pasillo de color azul, a los lados están varias puertas enumeradas ordenadamente y algunas que otras ventanas con barrotes que dejan entrar la luz del sol. Nos detenemos en la puerta con el número 36 y la enfermera la abre dejándonos pasar.

—Estaré afuera por cualquier cosa —se despide la mujer.

Ronni y yo vemos a la señora Daisy, ella está vestida con un pantalón y una camiseta del mismo color que el lugar, azul. Tiene una coleta de caballo y ve fijamente hacia la ventana, su cuarto es pequeño, pero cuenta con el espacio suficiente para una cama individual y un pequeño ropero, hay dos ventanas en su cuarto; la primera es pequeña y está ubicada entre la cama y el ropero, mientras que la segunda es más grande y se encuentra asegurada con barrotes.

—Mamá —susurra Ronni llamando la atención de Daisy.

La mujer voltea y al ver a su hijo sus ojos se llenan de lágrimas.

—Hijo... —camina hacia nosotros y abraza a mi amigo.

Ronni recibe su abrazo mientras cierra los ojos.

—Mami, te traigo a una visita —se separa de ella y me toma de la mano.

—Hola, señora Daisy —sonrío al verla después de mucho tiempo.

—¿Casey? —me ve con las cejas fruncidas y luego ve a su hijo mientras niega con la cabeza.

—Sí mamá, Casey.

Ronni me ve a los ojos y me ofrece una sonrisa.

—Ella... ya...

—No mamá, aún somos amigos, nada más —interrumpe Ronni con una sonrisa tímida.

La señora Daisy sonríe un poco y le dice a su hijo:

—Veo que estás bien y mejor con Casey.

Yo sonrío un poco incómoda, espero que ella no piense que entre Ronni y yo... no.

—¿Cómo estás, mamá?

—Bien hijo, los medicamentos están funcionando y ahora me siento mejor al verte aquí, conmigo —dice con la voz suave y paciente que tanto la caracteriza.

Hablamos por varios minutos y me doy cuenta de que la señora Daisy se encuentra bien, ella no corre peligro estando aquí adentro y no parece estar sufriendo como lo indico Cassandra en sus audios.

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora