ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️

🔼2. APARIENCIAS🔽

«EN ESTA VIDA NO CONOCEMOS A NADIE. NI SIQUIERA A NOSOTROS MISMOS»

***

―Es tan perfecto que toda mujer que lo ve se queda con la boca abierta —dice Halsey sonriendo y mirándome, creyendo que me he quedado así por ver a su novio.

—En realidad... tu celular se ha descargado —le respondo.

—¡Ay, no! —contesta Halsey mientras que Hanna y yo nos reímos por su reacción.

—Ya no podrás contemplar a tu ángel, amiga —comenta Hanna entre risas.

—¿De qué ángel hablan? ¿Eh? —escuchamos decir a un chico a nuestras espaldas.

Volteo y me encuentro con Eduardo acompañado de Ronni, su primo y mi mejor amigo. Los dos son nuestros amigos, o al menos, son míos, ya que Eduardo es el exnovio de Hanna y ellos no se llevan muy bien desde que terminaron su relación. Sin embargo, este aún le sigue coqueteando a pesar de que ya tiene una nueva novia.

—De ninguno que te importe, querido —habla Hanna, nada feliz con su presencia.

—¡Auch! Casey, dile a tu amiga que sea más linda conmigo, ¿sí? —me pide Eduardo tocándome el hombro y poniendo su mano sobre su pecho. Yo giro mis ojos y solo niego.

—Van a empezar... —me lamento una vez más.

—¿Cómo están chicas? —nos pregunta Ronni sentándose a mi lado.

Él, a diferencia de Eduardo, es una persona más reservada e incluso parecida a mí.

—¿Yo? Excelente como siempre —responde Halsey con un guiño de ojos.

—¿Y de quién hablaban?, ¿acaso de un chico? —interroga Eduardo con la vista fija en Hanna.

—Así es, pero ese chico, es mío —interviene Halsey con una sonrisa.

—Todos los chicos son tuyos Halsey, excepto yo claro que le pertenezco a... —Eduardo guiña un ojo en dirección a Hanna, mientras ella lo ignora volteando la cabeza en otra dirección.

—Pero él es diferente, él no es como los demás, él es... —antes de que continúe, Hanna la interrumpe.

—¿Qué buscabas Eduardo?

—¿Yo? Solo vine a conversar un rato —se encoge de hombros inocentemente.

Aunque en realidad, sé que Eduardo solamente viene a verla a ella.

***

Por desgracia, nuestro profesor no vino al instituto y las clases terminaron antes de tiempo. Y digo por desgracia, porque la asignatura que me tocaba era mi favorita, anatomía. Me voy caminando a casa, ya que Paúl —nuestro chofer y mi buen compañero—, no vendrá hasta una hora más tarde.

Me toma tan solo media hora llegar a casa, el tiempo se me pasó rápido mientras andaba por las calles escuchando música a través de mis auriculares y observaba a mi alrededor como siempre lo hago.

Los guardias me reciben en la entrada de la mansión y me dejan pasar a mi casa. Estoy por dirigirme a mi habitación a terminar mis pendientes, sin embargo, algo me detiene, se trata del sonido de un jarrón rompiéndose y proviene del despacho de mamá. Me acerco a comprobar que todo esté bien y escucho a mis padres discutiendo, otra vez.

—¡Cállate, tú no le dirás nada! —grita Alonso, mi padre.

—¿Y por qué no? Yo puedo decirle toda la verdad a Casey y tu teatrillo de padre perfecto se irá por la borda —responde mi madre, Alannis.