🔼 28. ÁNGEL OSCURO ¿QUIÉN ERES EN REALIDAD? (1) 🔽

737 148 74
                                    

Ricker

Camino de un lado al otro en la habitación, no puedo dormir, no puedo descansar, no puedo quedarme con los brazos cruzados sin pensar en Casey. ¿Ella estará bien? Tan solo en pensar en que ella está con ese infeliz, mi sangre sube hasta la cabeza y me dan ganas de correr y golpear a cualquiera que tenga enfrente.

La extrañaba maldita sea, necesitaba a Casey conmigo, necesitaba verla y comprobar que estaba bien.

Cada segundo sin saber nada de ella era un infierno, tenía miedo de perderla para siempre, tenía terror de que estuviera sufriendo ahora mismo y yo aquí, sin poder salvarla. Cada momento la recordaba a mi lado, la recordaba sonriendo y viéndome con sus ojos negros, recordaba sus caricias y sus besos... Casey.

Ya habíamos buscado por toda la ciudad y también en las ciudades vecinas, pero nadie sabía nada de ella. Estaba desesperado, cada vez que lograba dormir la soñaba, soñaba que estaba a mi lado, soñaba que sonreía mientras acariciaba mi torso...

Casey había cambiado mi vida completamente, porque ahora, ella era mi vida y sin ella nada tenía sentido. Ella se había convertido en mis sueños, en mis metas y en mis objetivos.

Amaba a Casey con todo el significado de la palabra, y necesitaba encontrarla.

¿Pero en dónde?

Veo a través de la ventana y mis sentidos se ponen en alerta al ver que alguien está cerca de la casa, me acerco a ver mejor y me doy cuenta de que se trata de Ronni. Él, al igual que yo, da vueltas alrededor del jardín y termina por salir de la mansión.

Son las cuatro de la madrugada y no sé qué hará a esta hora, a mí también me gustaría salir y seguir buscando a Casey, pero no puedo dejar a mis amigos solos, además, a esta hora de la madrugada, no hay mucho que hacer, no hay servicio, ni vigilancia que nos ayude.

Sin ganas de dormir, bajo a la sala y ahí, me encuentro con Hanna viendo el jardín a través del ventanal.

—¿Ricker? —suena cansada.

—Soy yo. Tampoco puedes dormir —afirmo más que preguntar.

Hanna niega con la cabeza y se acerca al sofá.

—Hay algo que quiero decirte —dice sentándose y viéndome fijamente—. No quiero que piensen que estoy delirando y por eso no se lo he dicho a nadie, pero... ya no puedo ocultarlo.

—Entonces habla Hanna, ¿qué tienes que decirme? —digo con las cejas fruncidas y sentándome frente a ella.

—Esa tarde... cuando se llevaron a Lucy, yo vi la moto y el casco del conductor de color rojo, ¿no es así?

Asiento con la cabeza sin entender a dónde quiere llegar.

—¿Eso que tiene que ver?

—Que... esa moto la había visto antes. Y ese casco... eran de Eduardo.

***

Casey

El tiempo pasa, hasta que él vuelve con una charola de comida. Mis ojos se llenan de brillo al ver que, sobre la charola, reposan dos cubiertos, uno de ellos es un tenedor.

—¿Quieres pome? —se acerca a mí y me lo ofrece. Yo lo acepto sin decir nada—. Espero que hayas aprendido la lección, estrellita.

Asiento con la cabeza sin mirarlo a los ojos.

—Te ves hermosa cuando eres pasiva —susurra y sube su mano para acariciar mi cabello.

Evito subir la mirada y solo espero a que él se acerque un poco más a mí.

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora