🔼 29. GRITOS Y RISAS EN UNA CITA 🔽

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NOTA: A continuación les comparto un video que queda a la perfección con la escena de la feria.

Ahora sí, continúa con tu lectura:

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«SI QUIERES ENGAÑAR, DEBES CREÉRTELO PRIMERO»

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Ricker se acerca a mí sin dejar de mirarme.

—Estás hermosa mi chica imaginaria —dice y se muerde los labios de forma sensual. Yo amplío mi sonrisa y siento como me sonrojo.

—Tú te ves igual de guapo que siempre, chico invisible —murmuro.

Ambos nos sonreímos y nos saludamos con un tierno beso en los labios.

Pedimos un transporte privado y llegamos hasta la estación, ahí compramos nuestros boletos y subimos a un autobús en dirección a Rossbol, la ciudad vecina de Rossenfel.

Pasan noventa minutos y ya hemos llegado.

Para empezar con nuestra cita, rentamos un auto en Rossbol y paseamos por los lugares más turísticos de la ciudad. Rossbol es un lugar grande y hermoso, tiene mucha belleza natural, cultural y arquitectónica.

Ricker me mostró los principales parques de la ciudad y aunque no son grandes como el de Rossenfel, si son lo bastante maravillosos como para quedarte a contemplarlos todo el día; las flores, los árboles, las mariposas, las fuentes, todo era asombroso.

Después pasamos al mejor restaurante de la ciudad y pedimos Moet, la comida más deliciosa que he probado después del Pome. Ambos platicamos y sonreímos por esta hermosa experiencia que poco a poco se convertía en nuestra anécdota. Cuando terminamos de comer, Ricker me trajo al centro de la ciudad en donde se encuentra una grandiosa plaza y el Kiosco más grande de Rossbol. Los dos subimos al Kiosco y mientras una banda tocaba, Ricker me susurra al oído:

—¿Quieres bailar? —inmediatamente siento un cosquilleo recorrer mi cuerpo, se siente bien.

—Bien —confirmo con una sonrisa.

Ricker sonríe y me lleva de la mano hasta el centro del kiosco. Él pone una mano en mi cadera y la otra en mi espalda mientras yo las pongo en sus hombros y así, ambos bailamos dando vueltas y sonriéndonos como la pareja de enamorados que somos. Él se inclina para decirme algo al oído, pero se ve interrumpido por el sonido de su celular.

Él contesta la llamada.

—Sí, ya estoy aquí...—le dice a la otra persona—. Voy para allá —termina y cuelga la llamada.

—¿Todo bien? —lo cuestiono.

—Sí, sígueme —me toma de la mano y bajamos del kiosco para comenzar a alejarnos de ahí.

Llegamos al auto y Ricker le muestra al conductor una dirección desde su celular, este obedece y nos lleva a nuestro siguiente destino.

—¿A dónde vamos? —le pregunto, pero Ricker tarda un poco en responderme:

—Tengo que solucionar un problema que mi padre hizo —dice y me ve sonriendo—. Será rápido.

Yo asiento confiando en él y lo tomo de la mano dándole un ligero apretón.

ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora