ÁNGEL OSCURO ¿Quién eres en realidad? ✔️

🔼 9. RESPUESTAS 🔽

«ABRE LOS OJOS Y NO CONFÍES EN TODOS. RECUERDA QUE, DE DIEZ ÁNGELES, NUEVE SON OSCUROS»

***

—¿Qué pasa Hanna? —digo preocupada.

—La señora Cassandra...

—¿Qué le paso?

—Ha desaparecido y encontraron sus pertenencias en el árbol central del parque.

—¿Qué? —digo atónita.

Cassandra...

—Había sangre en el lugar, Casey. Alguien la ataco justamente en el mismo sitio en el que mataron a su hijo —Hanna me ve con los ojos rojos, mientras yo solo puedo pensar en una cosa.

—Los audios —pienso en voz alta.

—¿De qué hablas?

Me quedo en silencio y me alejo de Hanna, voy a los baños y vuelvo a ver los mensajes que han sido eliminados...

¿Y si buscaba mi ayuda? Quizás Cassandra sabía algo y por eso me envió esos audios, pero alguien los borro segundos después.

Durante el resto del día no logre concentrarme en las clases, estaba preocupada, asustada y tenía un mal presentimiento. Esto no estaba pasando por casualidad, sino que alguien lo estaba haciendo por venganza, estaba segura de eso. Y el primer sospechoso era él... Ricardo, no era casualidad de que él haya venido y que la muerte de Eduardo haya sucedido, al igual que la desaparición de su madre, ¿verdad?

***

Cuando las clases concluyeron, Paúl nos llevó a Hanna y a mí a casa de Halsey.

—¿Segura que Halsey está bien? —le pregunto a mi amiga.

—Eso me dijo ella. Ayer pasé por su casa a buscarla como todas las tardes y le aventé piedras a la ventana de su cuarto, pero rompí la ventana del baño accidentalmente. Créeme que no me atrevía a hacerlo, pero terminé por subirme al árbol y me metí a su casa por la ventana que rompí. Halsey estaba dormida, pero en cuanto me vio se asustó. La vi tan mal que cuando te llame preferí que no vinieras, ella no quería estar con nadie. ¡Pero necesitamos ayudarla Casey!

—Estoy de acuerdo contigo y aunque se moleste porque estemos con ella, tenemos que ayudarla.

Cuando llegamos a su casa, Hanna le tocó el timbre y al ver que después de dos minutos Halsey no salió a abrirnos, ella comenzó a tirarle piedras a su ventana, otra vez.

—¡HALSEY! —grito su nombre esperando que nos escuche.

Esperamos afuera sin dejar de tocar y gritar su nombre varias veces, pero no tiene caso. Por más que esperamos, Halsey no saldrá.

Cuando Hanna y yo estamos a punto de irnos, la puerta de la casa se abre y al voltear nos encontramos con Halsey.

—¿Halsey?

Me sorprende verla en ese estado. Se encuentra sin maquillaje, con los ojos rojos, hinchados y ojerosos, está más delgada y el tono de su piel es más pálido de lo habitual.

—¿Qué paso? —digo acercándome a ella. Nunca había visto a Halsey así, desde la muerte de su madre.

Halsey nos ve alternando la mirada entre Hanna y yo, de pronto comienza a llorar, Hanna es la primera en correr a abrazarla y después yo la sigo. Las dos la abrazamos fuertemente.

—¡Estoy destrozada! —nos dice llorando.

¿Qué te hicieron Halsey?

¿Qué ocurrió aquel día?