— Seren tu exámen — el profesor deja
sobre mi mesa el papel con garabatos que no hice yo si no Javier, con miedo lo tomo y de reojos lo veo— ¡SSSIIIIII! — grito eufórica, llamando la atención de mis compañeros y en especial uno
— ¿Que nota?— pregunta un sonriente Javier
— 10 — muestro mis dientes en una pequeña sonrisa
— Genial ¿Ahora si me darás tú numero?
— Hombre insistente — enarco una ceja
Suelta una carcajada que hace vibrar sus hombros, escucho un gruñido por mi oído izquierdo borrando la sonrisa de mi cara. No lo miro pero sé que él si lo hace, carraspeo aclarando mi garganta y pido permiso para ir al baño.
Faltando solo 4 minutos para que acabe la clase, decido quedarme afuera.El timbre indica la hora del almuerzo, voy hacia la cafetería donde espero encontrar a Nick o estaré frita, esquivo a los desordenados estudiantes para evitar morir en el intento.
— ¡Hey! — Javier frena luciendo cansado
— ¿Venías corriendo?
— Tro...tando — jadea con la respiración entre cortada
— Necesitas hacer deporte, me deprime tu resistencia — confiezo sin pelos en la lengua
— Auch, eso dolió — baja su labio inferior haciendo un puchero — la verdad es que juego polo
— Polo — repito recordando que deporte es — ahh ya se, típico de millonarios
— No me ofendes si eso tratas de hacer
— Para nada — suelto de inmediato
Se larga a reir y en el proceso me contagia de su buena vibra, empuja desde atrás mi silla y no, no se lo pedí solo que es raro e insistió en hacerlo.
Hago la fila como cualquier mundano y me quejo cuando llego donde la cocinera y no queda ensalada, solo hamburguesa con papas fritas, pago de mala gana y busco con la mirada a Nick. Obviamente se encuentra sentado con personas que mejor no comer o me dará dolor de panza pero también soy masoquista, voy y me situo entre Nick y Welst
— Hola mi amooor — saluda Emilio estirando su mano con un trozo de chocolate
— Gracias — lo recibo con gratitud y me tardo un segundo en devorarlo
—¿Hoy podrías ir a casa? — susurra bajito Welst
— ¿Pasa algo?— pregunto llevando una papa a mi boca
— Necesito contarles algo a mis hermanos y si estás tu quizas no reaccionan tan mal
Me atraganto escupiendo saliva sin querer y lo peor es que le salpica en la frente a Dylan. No lo puedo evitar y comienzo a reirme pero no soy la única, todos lo hacemos menos él que me asesina con sus ojos color miel y toma una servilleta limpiándose.
— ¿Qué miras tanto?— abro la boca alucinando, Dylan me habla tan frío cuando quiere y solo logra que mi corazón se contraiga de dolor
Me giro sin responder pero mis ojos se cristalizan y Welst lo nota, mueve su cabeza negando.
— No creo....que sea buena idea — susurro
— Por favor sirenita
— Tyler es insistente con ese apodo y ya veo que se los contagió — sonrio
— Te veo a las 18:30hrs — finaliza la conversación
Esta vez dejo el plato limpio por haber comido toda la comida, sonrío satisfecha y alguien más también lo hace, el pandillero sonríe nostálgico y pestañea lentamente al verme, no hablamos pero pretendo esta tarde hacerlo. Las siguientes clases son realmente aburridas, una de ellas es hacer deporte y como yo no puedo, toca quedarme al lado del profesor tomando los resultados de mis compañeros al trotar media hora seguida.
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Sueños Rotos
Teen FictionSer una buena patinadora es la regla principal de Seren, una chica de 17 años quien en su día a día solo se dedica a entrenar y entrenar para alcanzar sus sueños. Algo que siempre busca es ganar, porque ella nació para triunfar en el podio del prime...