FINAL

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— ¡No me contesta!

Lo miro mientras sigue lloriqueando como un nene, niego mordiendo mi lengua para no decir algo que lo fastidie porque si me escucha puede enojarse o llorar mucho más, Emilio está sensible.

— Se te va a quemar el celular

Levanta la cabeza para fulminarme y la vuelve a enterrar en la almohada, voy hasta la cocina y saco un chocolate de la caja del cereal, esta mañana tuve que esconderlo después de que Emilio se comiera cinco barras solo porque Welts no le habla desde anoche.

Se lo entrego y comienza a devorarlo en tan solo 10 segundos, lleva la mitad del día encendiendo y apagando la pantalla pero sus facciones siguen contraídas, así como está va a terminar con una ampolla en el dedo de tanto presionar de botón. Conozco ese sentimiento de angustia cuando tu novio no contesta, el día que Dereck viajó hacia Alemania no me habló en todo lo que duró su viaje pero me avisó cuando aterrizó, la cosa es que no volvió a responder mis mensajes de WhatsApp por más de 12 horas y yo me puse triste, no tanto como Emilio pero mentalmente me cuestione si había hecho algo mal, al otro día desperté con un mensaje explicando como sus primos le hicieron una broma lanzandolo a la piscina, con él se mojó su celular y cuando compró otro me habló.
En este caso Emilio no sabe que pasa y lo asocia a una pequeña discusión que tuvieron ayer, Welts quería que Emilio fuera a Alemania para pasar el año nuevo pero él se negó diciendo que ahora lo invitaba solo porque yo lo traje a New york, le dije a Emilio que si quería podía viajar y yo no tenía problema en quedarme sola.

Al final ambos se enojaron y no sé quien fue el primero en finalizar la llamada.

— Estoy muy triste amore mío— sus ojos aguados me hacen maldecir internamente

—Ven acá — me dejo caer sobre la cama abrazándolo — debe estar ocupado, Dereck tampoco me ha hablado desde la madrugada

— ¿De-de verdad? — solloza cubriendo su nariz con un pañuelo

— Te lo juro — suspiro acariciando su hombro

— Es que — además del llanto lo invade el hipo — creo que se enfadó

— Tiene dos opciones

— ¿Cuales? — frunce el ceño mirándome

— Enojarse y desenojarse— encojo los hombros

— ¡Dios! — chilla cubriéndose la cara y lanza un par de gritos — Eres un asco dando consejos de amor

Ruedo los ojos, inhalo y exhalo intentando no perder la paciencia con él porque no es lo ideal ni el momento adecuado, una ampolleta se enciende en mi cabeza y se me ocurre una idea increíble.

— Vamos, levántate que iremos al supermercado a comprar todo lo necesario para la cena

Se sienta en la cama mirándome muy serio, enarco una ceja para intimidarlo y funciona porque sus ojos se abren exageradamente. Lo hago solo para obligarlo a salir de la cama.

Que buena amiga eres

La mejor, Darling

— No tengo ánimo

— Levántate — ordeno empujándolo hasta que está fuera del colchón  igual que yo — también iremos a un par de tiendas buscando atuendos muy pero muy chic para los dos

— Oye si no tengo tanto dinero— cruza los brazos mordiendo el interior de su mejilla

— Amore mío — imito su apodo agarrandolo desde la barbilla— lo paga mi padre

Sonrío calidamente sacando la tarjeta de mi bolsillo trasero, Emilio se queja un poco más porque no quiere hacerme gastar dinero pero hago oídos sordos y con una toalla lo empujo dentro del baño. Me voy a mi habitación para tomar mi cartera y abrigo, lo espero en el salón principal mientras reviso las redes sociales.

Sueños Rotos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora