Sueños Rotos

Capítulo 42

Empujo las puertas de vidrio que hay en la entrada del hospital, las palmas de mis manos arden por la fuerza que ejercen y al estar frías hace que me duelan.
Jadeo llegando al mesón de información, pregunto por Nick y me indican que sus padres están en la sala de espera, sigo corriendo con Dereck pisando mis talones pero nada importa hasta que sepa que se encuentra bien, un dolor en mi pecho se instaló desde el momento que escuché llorar a los padres de Nick.

Me detengo aguantando la respiración, a un par de metros están ambos frente a un doctor que tiene  mirada triste, Jack acuna el cuerpo de Alana que pierde fuerza.

— Seren.....

Dereck intenta cojer mi mano sin éxito, me acerco apresurada acortando la distancia.

— ¿Qué pasa? — jadeo tomando aire

— ¡Mi niño! — chilla Alana tirándose a mis brazos

— ¿Dónde está Nick? — miro desesperada a los dos hombres mientras abrazo a mami quien llora desconsolada

— ¿Se lo dicen ustedes? — susurra el doctor Leyton, su apellido brilla bordado al lado izquierdo de su traje verde

— Tienes que ser fuerte — comienza Jack — pero Nick — suelta un par de gritos y golpea la pared con ambos puños

Alana se endereza sollozando, cuadra sus hombros levantando la cabeza y niega reiteradas veces.

— No entiendo — balbuceo mirando el rostro bañado de lágrimas

— Se-ee nos fu-ee

Frunzo el ceño retrocediendo hasta chocar con el pecho de Dereck, repito mil veces "se nos fue" tratando de darle un significado pero quiero creer que no es el único que se viene a mi mente.

— ¿Él está bien, verdad?— busco la mirada del médico

— Lamentablemente Nick no resistió, el golpe en su cabeza fue demasiado fuerte provocando muerte cerebral, cuando llegó en la ambulancia venía casi sin pulso y tratamos de reanimarlo pero ya no había nada que hacer, lo desconectamos hace un par de minutos.....

— Yo-oo quiero ver-lo-o — mis palabras salen atropelladas

Alana y Jack asienten mirando al doctor, señala con la cabeza que lo siga y es lo que hago, cruzamos dos puertas gigantes para caminar por un pasillo frío, solitario y con olor a químicos.

— Ahí adentro está — paramos frente a una puerta de metal que tiene un círculo como ventana en el medio

Asiento empujando la puerta, él se queda afuera respetando nuestra privacidad, un escalofrío recorre toda mi columna ya que la habitación está demasiado fría, solo hay una camilla en el centro con un cuerpo tapado hasta el cuello, por otro lado hay una cosa muy grande que no sé describir pero tiene muchas puertas de metal que son rectangulares o cuadradas.
Cuando llego al lado de la camilla un pequeño grito escapa de mi boca, Nick tiene magulladuras en todo su rostro y un corte desde la mitad de la frente hasta la oreja que contiene puntos.

— Oye frankenstein — entierro mi dedo en su hombro empujandolo sin mucha fuerza

Nick no responde y nisiquiera una de sus pestañas se mueve, me atrevo a bajar la sabana un poco más dejando una mano sobre su pecho pero más a la izquierda, donde debería estar su corazón.

— Nick, no es gracioso — entrecierro los ojos

No puedo sentir latidos con el tacto, dejo caer la cabeza de lado para apoyar mi oreja, rodeo su cuerpo con mis brazos apretandolo.

— No me hagas esto, por favor— mis ojos se cristalizan y un nudo se instala en mi garganta — no puedes dejarme porque no puedo vivir sin ti — sollozo tragando lágrimas — no sé hacerlo Nick