Pero Me Gusta [EN EDICIÓN]

~Capítulo 33~

~LAIA~

—¿Max? ¿Desaparecido? No entiendo que tengo que ver yo con eso. —opiné.

No sé que me sorprendió más de la noticia, Que Max estuviera desaparecido o que un oficial personalmente hubiera venido a hablarme del tema. Raro.

—Emmm, ¿y usted viene a contarme esto porque...?  —indagué.

—No se sienta ofendida.. —dijo.

—No he dicho que me sienta así. Solo que no entiendo. —aclaré.

—¿Se siente atacada u incómoda? —preguntó.

¿What?¿Qué intenta el señor?

Enseñé una sonrisa fingida. —No, para nada. —dije.

—Bueno entonces... ¿Puedo seguir?

Asentí con la cabeza. Que mi papá sea policía sirve para algunas cosas. Por ejemplo ahora mismo sé exactamente lo que intenta este señor frente a mi. Sacar algún tipo de información o quizás obtener algún tipo de reacción que le haga convertirme en sospechosa. Típico, pierden el tiempo con personas equivocada. Además, esto siempre pasa en las pelis.

—Bueno, primeramente me gustaría y es necesario que sepa el motivo por el que vengo a usted... —hace una pausa en la que se detiene a observar cada una de mis reacciones.

Ajá sí. Que acabe.

—Ese motivo Laia Silver —continuó—, es el hecho de que usted haya sido la última persona que vió a el señor Max antes de su desaparición.

Ok eso no me lo esperaba. Y definitivamente me hace sospechosa. Quería hacer infinidades de preguntas pero me limité a oír.

—El padre del señor Max, que es de hecho su médico, o uno de ellos, refiere que el desaparecido salió con usted esa misma noche a algún lugar nocturno y se metió en alguna pelea de la cual no quiso hablar.

Sé de que me habla. Claro que lo sé. Es una de las pocas cosas que recuerdo de esa noche. Automáticamente me ví reviviendo aquel momento. Ian sobre Max golpeándolo sin contención. Yo en una esquina, asustada, inmóvil, mucha sangre. Después de esa pelea, Max se fue a su casa. Ian a yo a la nuestra. No pasó nada más. Dormimos. Fue así como pasó.

¿Intentas convencerte?

Basta.

El oficial frente a mí se volvió invisible, y lo único que ví fue la cabeza de Ian a través del cristal de la puerta que nos separa. No se que da a entender mi cara ahora mismo, pero Ian arruga las cejas y ladea la cabeza confundido. Luego hace un gesto indicando que va a entrar pero por suerte reaccioné rápido negando con la cabeza.

—¿No qué? —pregunta el guardia. Había olvidado que estaba ahí— ¿Le suena de algo esta información?

Piensa lo que un vas a decir Silver.

No hay nada que pensar.

—Me suena la primera parte, porque es cierta —confirmé—. Salí con Max hace unos días.

—¿Días? —dudó y me hizo dudar.

—¿Semanas? No recuerdo una fecha en específica oficial. —dije.

—Supongo que no fuera muy bien la cita.

—No fue una cita —usé los dedos para simular comillas al decir esa última palabra—. O bueno quizás sí lo era. No sé. ¿Lo fué? Es decir, quizás. Estaba aplicando la de un clavo saca a otro clavo, ya sabe. —solté. A veces esto pone incómodos a los señores como él. Funciona con papi.