~Capítulo 37~

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~LAIA~

Camino sin rumbo, sin destino alguno. No se a donde voy y tampoco me interesa. Yo solo camino. Inhalo todo el aire puro que puedo, lo llevo hasta mi estómago y lo suelto.

Mis piernas tiemblan. Toda yo tiemblo.

Te mintió.

—¡Ya cállate maldita sea!

Ya ni siquiera tengo el control de mis pensamientos.

¿Por qué Ian?

¿Por qué te fuiste?

¿Por qué no me avisaste de lo que harías?

¿Por qué no me prefieres?

Pii, pii, pii...

El claxon de un carro me saca de mis pensamientos. —¡¿Quieres morir idiota?! —gritó la mujer que conduce el auto antes de ponerlo nuevamente en marcha.

¿Idiota?, ¿eso soy?

¿Soy una idiota?

Caminaba por la calle porque a pesar de que sea de día, no hay ni un solo coche. Ese es el primero que veo en un largo tiempo.

No se cuánto he caminado, ya no estoy en la ciudad.

Una brisa fría me despeina, mi piel se eriza. Finalmente la arena aparece y las palmeras qué hay por todos lados se multiplican.

La playa.

Está nublado, el Sol da luz pero no quema. Adoro el tiempo así, es una pena que mi estado mental no me permita disfrutarlo.

Se siente raro la tranquilidad que hay, pero es cómodo y agradezco que sea así, porque mi cabeza está pasando por todo lo contrario. Siento que los colores se vuelven grises densos. El desgano me puede. Y el terror a estar cayendo nuevamente en un episodio depresivo como el que viví hace años me consume.

No entiendo qué pasa. Es solo... un mal día.

Te mintió.

Su voz es demasiado molesta. Es como si lo tuviera dentro de mi cabeza.

Te miente todo el rato.

Esto es solo mi cabeza jugándome una mala pasada. Tiene que ser...

El olor a lluvia es tan exquisito. Me provoca respirar hondo, con ganas, con fuerza y no dejar salir ese olor jamás. Es tan... refrescante, relajante.

Mantengo los ojos cerrados por un tiempo, intentando mantener los malos pensamientos aislados. Se supone que pueda hacerlo, después de todo, es mi cabeza. Pero...

—Te ha mentido todo el rato. No ves que soy yo la única persona que te conoce como eres.

Los recuerdos de aquel día en el hospital... Antes de salir corriendo...

—Deberías ser capaz de diferenciar entre quienes quieren sacar lo mejor de ti, y quienes te encierran en una jaula...

Pero Me Gusta [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora