~Capítulo 14~

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~IAN~

Lo de la familia nunca ha sido lo mío, digamos que no tuve a la mejor de pequeño, —por no decir que tuve la peor—. Malos recuerdos se mantienen aislados en mi cabeza y me gustaría dejarlos donde están.

Estoy acostado mirando el techo del
cuarto, últimamente se ha vuelto mi actividad favorita. La puerta de mi habitación está abierta y fuera, aunque ella no lo nota, puedo ver a la pequeña Annie caminar de un lado a otro, de vez en cuando echa una ojeada dentro. Me está mareado.

—Annie.

Se detuvo frente a la puerta, mirándome con los ojos brillantes. Parecía una muñeca con un lazo rosa gigante en la cabeza y su oso de peluche en la mano.

—¿Por qué caminas de un lado a otro frente a mi puerta?.

—Mamá está cocinando y no quiero jugar sola. —respondió con esa vocecita ingenua de angelito.

Directamente indirecta.

—Mmm ya veo. ¿Quieres que juguemos?.

—Siiiii.

—Bien, vayamos a jugar. —dije levantándome— Soy muy bueno en el escondite, jamás me atraparás.

—Yo también soy muy buena.

Bajamos los escalones. El objetivo era llegar al patio a jugar, el obstáculo era Emma.

—¿A dónde van?. —preguntó.

—Mi hermano Ian jugará conmigo en el patio al escondite. —habló el angelito.

—Mm sí, no lo creo.

—¿Eh?, Emma, ¿cuál es el problema?. —pregunté.

—Ya empieza a oscurecer y hace frialdad fuera.

—Nos pondremos abrigos si quieres. —añadí.

—Por favooor mamaaa. —Annie suena convincente.

—Bueeeeno, okey. Pero los abrigos primero.

Dos rondas dejándola ganar no parecen suficientes. No se aburre, es incansable. Me toca esconderme así que voy a un lugar muy obvio, el salón, donde Emma habla por teléfono.

—Corrección. No es mi casa, es de tú padre también aunque no esté, y tuya. Y claro que sí puedes boba. —la escucho decir— Obvio. ¿Dónde estás?. —parece que tendrá que salir— Ok. Ya mismo salgo. Beso.

Din Din. Respuesta correcta.

—Pillado. —grita la pequeñita.

—Tú sí que eres buena en esto. —le dije.

Se desprendió rápidamente hasta la base para ganar.

—Joder que susto. —murmuro para mi.

—Eso te pasa por chismoso. —me sorprende Em a mi lado.

—Joder, doble pillada. Vaya día. —bromeo.

Ella se ríe. —Necesito que salgas por mí.

Pero Me Gusta [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora