~Capítulo 21~

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Nota: La actualización de hoy fue doble. Ve al capítulo 20 si no lo has leído.❤️❤️ Mel

~LAIA~

Anatomía. Me encanta la anatomía. Es mi asignatura preferida de hecho, razón por la que no entender nada de la clase me parece tan extraño. ¿O no? Realmente no es solo esto en lo que no logro concentrarme, llevo estos días ida, sabemos qué pasó hace unos días.

—Me besé a un mono Laia. —gritó Ennid mientras meneaba mis hombros con ambas manos.

—¿Qué?¿Por qué hiciste eso? —pregunté sorprendida.

—No lo hice, llevo más de 30 minutos hablándote y no has escuchado nada. —reclamó.

—Sí lo hago. —mentí.

—No Laia, no lo haces —hizo una pausa— ¿Qué decía hace diez minutos?

No recuerdo realmente.

—¿Que besas monos?

Por suerte tengo unas amigas que no son muy normales y ni siquiera se molestan. Ahora que lo pienso, las he visto ahogadas en llanto, al borde de un coma etílico, enamoradas y resentidas, pero nunca realmente enojadas.

Comenzó a reírse como si mi chiste hubiese sido el más gracioso del mundo. —No la parte del mono. Antes de eso. —logró decir.

—Oh. —no tengo ni puta idea— Emm...

—No me prestabas atención Silver. —dijo y me adelantó camino al terreno de fútbol.

—Espera pesada —dije siguiéndola— Ok no lo hacía, tienes razón. En estos días he estado con la mente en otro sitio. Pido perdón.

Sus cejas arrugadas se estiraron e hizo un corto puchero cruzando los brazos. —¿Estás sentimental?¿Necesitas hablar sobre lo que sea que te pase y no me has dicho?

No, no le he dicho del pequeño encuentro con Ian. Ni a Ennid ni a nadie. No me siento preparada para ello aún y no se si lo estaré.

Ese día yo debía poder frenarme.. sin embargo no hubiese sido capaz de detenerme de no ser por la pequeña Annie. Después de estar escondida y sola en ese baño por al menos treinta minutos tuve una guerra interna. No debí hacer eso pero se sintió tan bien.

Apenas supe que estaba sola en la habitación huí lo más rápido posible hacia la mía. Ya no tan caliente como arrepentida pensé mejor las cosas. Era hora de volver a casa. No iba a salir a por el bus a esa hora en la madrugada, pero tampoco quería encontrarme con Ian en la cocina o por el pasillo, así que en cuanto amaneció salí como alma que lleva el diablo.

Desde entonces he estado huyéndole. Parece ayer, pero en realidad ya han pasado cinco días.

Supéralo.

Sin miedo al éxito.

—Me rindo Laia Silver.

—¿Qué hice ahora? —pregunté.

—Te acabas de quedar en blanco como por
dos minutos. He estado hablando sola nuevamente.

—Ya.. Ya no te molestes —dije tomándola de la mano para seguir caminando—. Estoy agobiada y sin ganas, no me gusta deportes lo sabes.

—¿Tampoco te gusta Anatomía ahora no? Porque no dabas una allí dentro.

—Ennid no me siento bien, ya está.

—Eso lo sé, solo me gustaría que me contaras un poco más para entenderte.

No lo entendería.

Pero Me Gusta [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora