~LAIA~
—Oh, hola señor misterio. ¿Me estás siguiendo o algo así? —me veo a mi misma en una extraña habitación hablando entre risas. —¿Me vas a conceder el honor de escuchar tú voz de una vez? Si no piensas hablar vete, voy a dormir.
¿Qué está pasando? No entiendo nada.
—Laia...
¿Quién dijo eso? No veo a nadie más en la habitación.
De repente todo se vuelve negro y una luz tenue se enciende justo en la puerta, dejando ver a un hombre que se recuesta relajado en el umbral y cruza los brazos. Juro que lo conozco pero por más que intento detallar su rostro no veo más que oscuridad en él.
—¿Conque hablas? Estaba por pensar que eras mudo. —Dijo la otra Laia aún en la cama.
—Necesito que sepas algo... —Esa voz, yo lo conozco.
Camino en su dirección, acercándome a él, necesito ver su rostro. Me frustro cuando noto que mientras más camino, más se me aleja la puerta y todo se torna negro.
Estoy en completa oscuridad.
—¿Hola? —salió de mi boca.
Hace aparición la luz tenue nuevamente, pero está vez sobre la otra Laia aún en la cama, me mira fijamente, ahora soy yo la que está parada bajo el marco de la puerta.
—Bonitas cicatrices Laia —me dice con cara pícara.
¿Qué?, ¿cómo que cicatrices?
Bajo la mirada para verlo, cicatrices, muchas cicatrices en mis brazos. Perfectamente sanas, como si llevaran mucho tiempo en mi piel. Subo la mirada de nuevo pero mi otra yo ya no está.
—Tenemos que abrirlas Laia —está arrodillada frente a mi cortándose los brazos.
—Noo, ¿qué haces? Para —le ordeno.
—Tenemos que sacarte de aquí —dice y sigue cortando sus brazos, la sangre corre por todo su cuerpo, la bata blanca ahora es carmesí. Levanta la cabeza y sonríe abiertamente con lágrimas en los ojos—. Hazlo Laia —pide.
—PARA, PARA —grito.
—No puede, sólo me escucha a mí —escucho una voz ronca detrás, al girar veo al hombre de hace un rato. Me mira y logro ver sus ojos grises, tan llenos de frialdad. Es el chico raro del baño, ahora lo recuerdo. Se gira hacia la otra Laia. Yo hago lo mismo. Está tumbada en un charco de sangre.
—NO NO NO —me tiro de rodillas a su lado— DESPIERTA. DESPIERTA LAIA —grito.
El chico detrás mío solo lo observa todo sin hacer nada.
—DESPIERTA LAIA —Me escucho gritar. Abro los ojos rápidamente, lo primero que veo es una puerta transparente, a través de ella está papá hablando con un doctor.
Estoy en el hospital, sentada en una cama.
—Princesa despertaste, ¿cómo te sientes? —dice atravesando la puerta.
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Pero Me Gusta [EN EDICIÓN]
Misterio / SuspensoLaia Silver, una joven estudiante de medicina, se encuentra en una encrucijada entre una vida aparentemente perfecta y el oscuro peligro que la acecha. Cuando un psicópata mentalmente inestable la elige como su presa, Laia se ve atrapada en una espi...