➡️Cap.14🔙

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Cómo si fuera alguna loca teoría astronómica, donde una gran explosión se produce a causa del choque de una masa compacta de energía y materia, dando orígen al condenado universo... Así me siento.

¡Y maldita sea! Que somos ese punto inicial dónde se formó la materia, el espacio y el tiempo... La gran explosión devenida del roce de nuestros condenados labios destinados a morar ensimismado en las fauces del otro.

¿Es qué acaso estoy soñando o sigo drogado hasta los huesos? ¡No! ¡Cierto! A eso lo descarté de inmediato apenas me di la vuelta frente al espejo... Espejo que ahora sostiene mi espalda cuando la intensidad de su roce me sobrepasa sin precedentes ni medidas.

Calor ... Ardorosa temperatura que quema cada una de mis entrañas. Dejándome mutado en un mendigo de su añorado toque, que extraño como si fuera un pequeño niño necesitado de su mami cuando apenas se retira para inspirar una bocanada de oxígeno.

¡Y maldita puta vida! Que vale la pena estar vivo cuando tu crush de secundaria realiza un exhaustiva radiografía de las menesterosas profundidades de tu garganta.

Su toque, su toque es el mismísimo cielo hecho persona. Suave delicadeza que me recorre de pies a cabeza transportando mi etéreo cuerpo hacia la estratosfera. Pareciera que me cuida con suma delicadeza de que me rompa.

Y mientras enredo mis piernas a su trémula cadera como dándole a entender que podría pisotear mi cuerpo si quisiera y que no saldría ni una puta queja de mi boca... Porque es que ¡Vamos! ¡Estamos hablando de JungKook! ¡Hello condenado cerebro! Haz una puta sinapsis correcta y date cuenta de que te besa aquel del que estás enamorado hasta los huesos desde que descubriste lo que es estar duro de tan solo mirarlo a lo lejos.

Pero les juro que aún no caigo del todo en el fantasioso cuento de hadas, aunque sus manos me acaricien con una extremada fuerza de a ratos y con una suma suavidad por otros tantos momentos.

Es que creo que en algún momento finalmente se dará cuenta de que soy un "él" y no un "ella".

Y francamente... Me aterra.

"¿Pero es qué acaso es momento de que pienses tanto maldito pendejo? ¡Amigo date cuenta! De que tienes un condenado pene, duro como una piedra, batallando por salir a llorar a las afueras. ¡Nada de ella!"

Me auto motivo para darme las fuerzas necesarias para seguir besándolo y no llorar a lo magdalena entre roce y roce.

En un momento, se aleja de mi cuerpo para respirar agitado mientras me observa directo a los ojos.

Y les juro por mi vida, que creo que me va a pegar una piña para retirarse con el mayor gay pánic de la historia.

Y no sé si bajarme de la mesada y sobarle el brazo a lo "¿Qué onda hermano? o darle una maldita mamada... Porque el condenado está más bueno que comer pollo con la mano y mi descocado cerebro ya fundió su única neurona pensando en todos los escenarios posibles si me sale con el absurdo "esto es un error Jimin"

Pero contra todo pronóstico, sale desde sus labios —Bebé, besas de puta madre.

¡Ah bueno! ¿Pero qué me le hicieron al Juncuc? Devuelvan el verdadero y llévense este clon, antes de que me le prenda a lo garrapata a su prominente entrepierna. Porque ¡Carajos! ¿Es que acaso tiene una iguana ahí abajo? A simple vista, a parte de larga, también se observa ancha... ¡Y se me agua la boca hermana!

Y actuando por puro instinto animal y demasiado poco racional le suelto —¿Te puedo besar la chota? Hay luego me doy cuenta.

¡Dios mío! Señor, permíteme que la tierra se abra y me trague primero, antes que tener que enfrentarme a su juzgadora mirada... "Es que estás muy puta hermana" maldita voz de la conciencia que se asoma a dar letra.

—¿Q-qué d-dijiste? —cuestiona el Adonis de mis sueños húmedos mientras emite, por lo bajo, una gutural risa que logra ponerme los pelos de punta. Y no de miedo... de pura calentura.

"Modo hot sinvergüenza activado" me dicta mi trastornado cerebro y quiero pegarme mentalmente. Debería tener vergüenza y no ser un desvergonzado.

Pero pareciera que mi cuerpo le responde a mi inconciencia y no a la poca racionalidad que me queda, porque bajando del lavado a lo gato alzado, me le arrimo hacia su cuerpo.

En eso que Jungkook me observa con sus ojos casi salidos de sus cuencas y yo inclinándome a rezar de rodillas entre sus piernas, la puerta del baño se azota e instintivamente JungKook rodea mi cabeza con el sobrante de su campera.

—¿J-jungo e-res t-tú?

Y no sé qué es peor... Si estar arrodillado montando un espectáculo con mí cara enterrada en su prominente cadera o saber que Tae, completamente borracho, está al otro lado de mi escasa vergüenza.

—¡Tae! ¡Compa quo! Tanto tiempo —suelta el dueño de la monstruosidad frente a mi boca.

¿No pensará ponerse a conversar en esta incómoda situación no? Pero luego de escucharlos seguir hilando una conversación a la cual solo se le entiende al dueño de la anaconda, me resigno a quedar arrodillado y arropado con su caliente entrepierna sobando mi mejilla.

Pero un claro movimiento en mí mejilla, de aquella promotora de mí abundante codicia, me trastoca la cabeza "de arriba" haciéndome sentir incapaz de detenerme a pensar siquiera.

Y con un irrefrenable deseo de sentir el contorno de su gruesa forma contra la dermis de mí boca, la atrapo entre mis dientes, utilizando mi lengua como un pincel por encima de la tela que lo rodea.

Y ¡Maldita sea! Que si no me vengo ahora, pasa raspando. Porque el jadeo entrecortado que se escapa desde sus labios a medida que aprieta mi cabeza con sus manos y desde los bolsillos de su campera, debería ser considerado un pecado.

—¡Puta madre Tae! Debo dejarte. —Suelta repentino el dueño de mis más libidinosos deseos para luego elevarme a lo muñeco del suelo y meternos de lleno en uno de los cubículos del baño.

























Yo también quiero...😏🤣

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"Si Pudiera ser ella"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora