➡️Cap.52🔙

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Luego de resolver 500 fórmulas tratando de contener el cuerpo de mi adonis personal con sus condenadas prendas puestas en mi retorcida cabeza, por fin tenemos receso antes de la bendita prueba. ¿Y eso, qué significa? Si hermana, un gran cuerpo sentado en el inodoro del baño y otro de más entusiasmado con el beso.

—M-me v-vas a a-atorar.

Suelta el tarado a medida que le entierro la lengua en el proceso de realizarle una profunda laparoscopía con la mía. A lo que solo respondo riendo y amasando sus cabellos mientras realizó la cobra con mi cuello pensando "que se atore, que estoy listo para el boca a boca".

Y recibir la profunda risa nasal de aquel que trae mi mundo de cabezas, me incita a pecar y -últimamente- estoy de más dispuesto a morar entre tinieblas con solo tener la dicha de que toque cada parte de mi ser por encima de la ropa.

¡Benditas manos que se acoplan como una delicada brisa por cada ondulación de mi piel! Así que a medida que sus manos acarician mi estremecido torso, me deleito en la manera que mi coxis encaja en su cadera. Cómo si fuéramos destinados a ensamblar nuestras extremidades mientras mí cuerpo se menea a lo polea.

—Bebé... Me pones duro —suelta mi fuente de calor externa ante cada arremetida de mi pelvis.

—Esa es la idea —suelto todo atrevido mientras intento retener un quejido ya que su vara me separa de las condenadas nalgas a través de la molesta tela que nos limita —. Que te pongas así, por mí -dictamino ido en el glorioso sabor de sus labios.

Es que su entrega ante cada roce de nuestros ribetes, es sublime belleza. Y así como hace erizar cada pelo de mi dermis, logra agitar mi pecho con acalorados sentimientos que solo me hacen amarlo más a cada maldito segundo.

—¡Maldición nene! Salte de encima, que está por sonar el timbre de ingreso y no me voy a poder parar de tan duro —anuncia decidido a ponerle fin a todo esto que aumenta de vela a fogata, en cuestión de segundos.

Pero, lamentablemente, mi maldad va estrechamente ligada a mis incrementadas ganas de mamar. Lo sé, soy un condenado adicto a su textura y su sabor... Y me declaro culpable del delito de coacción.

Así que haciéndome el niño bueno me incorporo dejando un húmedo beso en sus preciosos y finos labios. Pero totalmente decidido a cometer luego, mi ilícito.

Así que sobre que se levanta, me agacho y lo ataco. Apretando su cadera y moldeando con mis dientes, su grandiosa dureza.

—¡Pero maldita sea! —retumba fuerte y claro de JungKook, mientras sigo mordiendo y aplico fuerza con mis dedos por encima de la tela para terminar de volverlo loco.

En eso, resuena el timbre que indica el fin del receso y así como quién no quiere la cosa, velozmente me incorporo y sin darle tiempo a nada, me retiro risueño.

De lejos se escuchan los gruñidos de JungKook mientras me apuro acomodando como puedo a mi de más entusiasmado amigo mientras me digo: —Te la vas a tener que aguantar, porque no te mimarán, por maldito.

Por suerte, la prueba es en nuestro propio salón. Eso significa que no tengo que aguantar a ninguno de los tarados, que hace un rato me miraron raro por ser objeto de afecto de mi amor.

Y perdido en mis pensamientos marcho velozmente, cuando doblo por el pasillo y me encuentro de lleno con el castaño y la gringa, de más acaramelados entre los dos.

—¡Pero comele la boca! —anuncio mientras ingreso al salón, tratando de escapar de las garras de aquel que deje de más duro en aquel pequeño recinto.

Al cabo de un rato y sobre que ingresa el docente, se escucha solo un silencio reinante en todo el lugar... Seguido del ingreso de un sexi y agitado ropero, que se mira caliente como las brasas del infierno y que pareciera que corrió una maratón antes de ingresar al salón.

—Milagro Jeon, menos mal que sabe que me disgusta que no estén a tiempo en el salón. Espero que el rendimiento de su prueba sea más favorable que su falta de estado. ¿Sabe que está todo transpirado? ¿O es que acaso, corrió?

—Lo corrieron señor —suelta el tarado de Tae provocando la risa de todos a nuestro alrededor.

—No es así señor, me asaltaron, pero a último momento, el cobarde ladrón huyó —suelta decidido mientras no se pierde el resguardo de mis ojos.

—Diablos Jimin ¿Qué hiciste? Hace tiempo que no le veía esa cara de malo —pregunta el castaño entre susurros a medida que el docente le cuestiona a Jungkook, todo preocupado, si ya se encuentra mejor.

Y yo, solo agacho mi cabeza para ocultar el maldito rubor que amenaza con explotar mis mejillas si no pienso en otra cosa que no sea su caliente polla entre mis manos. Lo sé, soy un completo descarado y les juro que no puedo controlar la ansiedad que me genera tenerlo cerca y tener que contenerme mis ganas de agarrarlo.

—Espero que no estés pensando en mí y en pelotas, porque te acabas de ganar una abstinencia de polla —susurra a medida que se sienta lo más cerca de mi lado.

¡Maldición! Que su baja y ronca voz sumado a su negativa de algo, sirve de cortocircuito para mi desorbitado cerebro. Porque les juro, que me veo en un futuro cercano: de rodillas y rogando por su falo...

!Y doble maldición! Qué me pega un tirón de dolor cuando mi amigo "el paspado" asoma de más entusiasmado por el elástico de la ropa interior. Haciendo que junte mis rodillas en el acto reflejo de mantenerlo adentro y sentir que desfallezco cuando le apoyo por encima, mi mano.

Y como no podía ser de otra manera, al hermoso espécimen a mi costado, no se le pasa por alto el asunto. Dándose cuenta de que la tengo más dura que una maldita piedra. Así que regalándome en su rostro, una retorcida sonrisa, afirma despacio: —Te pone, pensar en rogar por mi polla...
































🥴 A mí también 😬🤣

Gracias por pasarte, por comentar y votar 🥰

Los amito mucho ♥️

"Si Pudiera ser ella"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora