"Si Pudiera ser ella"

➡️Cap.39🔙

—¿Contigo? Hasta el fin del mundo, amor mío...

Salieron desde mis menesterosos labios, palabras que dejan expuesto hasta lo más profundo de mi alma. Dejando al descubierto que todo lo que contengo en mí, no es ni más ni menos, que un profundo enamoramiento.

Y todo se reduce a su mirada...

Renegridos ojos que me observan cómo si yo fuera lo más precioso del planeta y como si mis vocablos hubieran hecho mella en lo profundo de sus entrañas.

—Ya no me puedes negar que esto que sucede, es mucho más que gustar —anuncia serio mi adonis personal mientras me levanta con sumo cuidado del suelo —. Pero reitero, que necesito besarte y tocarte lejos de aquí o empezaré con el reparto de piñas a todo aquel que te esté mirando por demás —finaliza arrastrándome de la mano por lo que resta del pasillo hacia la salida del lugar.

—¿¡Estás celoso!?

Se me escapa sobre que salimos del establecimiento, impresionado de que yo sea el receptor de semejante sentimiento y tener la dicha de vivenciar lo que se siente que el que amas con locura, te demuestre lo que siente.

—¿Celoso yo? Estás loco, solo no me gusta que miren de más.

—¡Claro! ¿Y es por eso que no dejaste que te lama todo el cuello en pleno pasillo? Te manotee el bulto también. ¿Acaso me tomas por idiota? Estás súper celosito, bebé de mamá...

Anuncio risueño aprovechando a sacar provecho del anterior llamamiento de su madre, pero me sorprende cuando me gira de repente, estampando mi cuerpo contra la pared del lateral y atrapando mí cintura de una forma que me hace delirar.

—Puede ser que solo un poco celoso... Y por lo otro, tú haces que me caliente en cualquier momento y lugar... Y justo ahora tengo ganas de besarte y sentir como te estremeces bajo la yema de mis dedos. Así que tal vez... solo tal vez, me guste de que miren un poco. Ya sabes, provocar la envidia de aquel que le gustaría estar en mi lugar. Y acá, el bebito eres tú.

Suelta ronco y profundo sobre mi pabellón auditivo, provocando que mi cuerpo se erice en respuesta automática a su rebelde y sexi impronta del infierno. ¿Es que acaso a este hombre, le fluyen las hormonas que a mí se me acumularon por años?

—Diablos Kook —suelto jadeando y seguramente, sonrojado en cuanto lo miro, sintiendo como mi pecho se acelera a cada segundo que percibo el aumento de la temperatura de su cuerpo —. Perooo, podrían desear estar en mi lugar y no en el tuyo, eso te lo aseguro —anuncio seguro y con conocimiento de causa de ver a las chicas babear por tantos años.

Y él, descarado como pocos y sorprendiéndome otro poco, se ríe de una gutural forma que les juro que me dan ganas de arrodillarme y rezarle de boca abierta a la condenada iguana.

—Eso dices, porque no te ves de la forma en que te observan mis ojos... En este momento eres la cosa más sexi y hermosa. Con tus mejillas tiznadas en rojo y tu mirada vidriada... Y podría apostar, a que tienes ganas de arrodillarte aquí mismo y si te quieren mirar, no me opondría en lo absoluto.

¡Y demonios! Este espécimen de hombre bruto que se deja llevar, me tiene convertido en un completo demente irracional. Y sin pensar en nada más, me lanzo hacia el calor sublime de sus labios, aprovechando el subidón de calor de jugar al que me miran y dirán.

Entonces, sus manos me toman con una destreza -que podría jurar- que fueron diseñadas para encajar justo entre los pliegues de mi escasa grasa corporal. Y la adrenalina que corre por mis venas a medida que sus labios se entregan sin vacilar, dejándome saciar y barrer con toda la furia que siento por dentro, me traen como un completo poseso.

Un irreversible adicto a cada cosa que me dé...

Al sabor de sus labios en cuanto raudos y necesitados, se juntan con los míos.

Al inconsciente movimiento de nuestras cabezas para poder encajar y profundizar aún más el fogoso beso.

A la manera en que nuestras lenguas se enredan, buscando dejar una profunda huella en el otro.

A la forma en que nuestras caderas, sin pudor alguno, se restriegan; buscando continúo contacto y afecto.

Y a la necesidad inminente de sentir su calor, desde la visible piel que profesamos hasta la calidez de nuestra visión...

—¡Maldición bebé! Me la pones de una manera que creo que morirá de impresión y de acogotamiento —dice JungKook.

Y me río ante sus palabras. Es que, ¡hermana! El intenso roce de labios sumado a la nada disimulada manoseada de mis manos por su eximio torso que aterrizó desordenando su negra cabellera. Nos pone loco a ambos. Y debo ser sincero y decir que se me está partiendo al medio por la mala posición de acomodamiento.

—La tuya acogotada y la mía, quebrada... ¡Demonios! Córrete que debo acomodarme el bulto.

Y mientras JungKook se aleja un poco de mi cuerpo, riendo y dejando cada mano apoyada a los lados de mi rostro y con sus brazos extendidos, tatuados y calientes como las brasas del infierno, arrugo mi rostro tratando de darle forma al asunto. Asunto que dura hasta que enfoco, nuevamente, mis ojos.

Observarlo mirándome de lado, con ese porte de tremendo Dios griego me deja aún más duro... Y me duele, duele la cabeza de mí pobre falo que llora como niño necesitado de mimos.

—No estarías ayudando mucho así parado, todo sexi y más bueno que comer pollo con la mano —suelto enojado porque no encuentro acomodo para ningún lado cuando lo único que quiere el desgraciado, es salir todo alborotado.

—¿Necesitas una mano? —cuestiona mal intencionado y con ese porte de acá está tu daddy que me vuela la peluca.

—En mi culo necesito... Pero este culo tiene hambre, así que hazte a un lado o me prendo a lo vampiro de tu vena hasta extraer toda viveza.

—Eres una pequeña mierda golosa —anuncia JungKook riendo y sacudiendo su cabeza —¡Maldición! A este paso me dejarás seco y necesitaré rehabilitación para mear, de paso.

Dejando un sonoro beso ensalivado al costado de su rostro, y a medida que le tomo la mano, le anuncio: —¡Ya me apunto al curso de masaje preventivo! Todo sea por salvar a mi iguana de su  inminente deseso.

Este par no tiene paz 😏

Es que la paz, nunca fue una opción 😈🤣

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