"Si Pudiera ser ella"

➡️Cap.83🔙

Luego de sobrevivir largo y tendido tratando de no meterle mano al adonis que tengo por enamorado mientras lo observaba comiendo de mi postre en tanto emitía diferentes sonidos de más sugestivos con sus labios, me encuentro observando como los muerde mientras razona el ejercicio y yo, recuerdo como un viciado lo pasado.

Diosss, debo tener algún tipo de desorden hormonal ya que no puede ser que no pueda controlar las ganas de lamer su garganta mientras se mueve su condenada nuez de Adán. Y les juro que respiro pausado tratando de no mirar pero esa magnífica glotis me llama como metal al imán.

Ayer terminé contento por contenerme de saltarle a la yugular mientras compartíamos variados besos, algunos dulces y otros subidos de tono en cuestión de viscosidad, en cuanto mi madre hizo su oportuna aparición mientras me tragaba -literalmente- media cara de Jung Kook.

"Espero que el postre esté bien rico" habría dicho fuerte y claro mi querida Hana Teresa cuando la larga lengua de mi adonis me hacía una profunda examinación laparoscópica. Y ante el susto de su repentina voz que nos tomó desprevenidos nos separamos tan rápido que mi culo fue a parar como trapo de piso. Todavía me duelen los cantos al apoyarme en el asiento... Pero hubiera sido lindo saber que duelen por el traqueteo de ponerla tanto y no por caerme como un nabo.

¡Diosss! Necesito de su firme tacto... Que me entre bien duro y de paso, me marque con fuerza mis carnes para recordarme que soy suyo... A este paso, tendré que pedir permiso para ir al baño a darle una buena cogoteada al ganso y así calmar la emoción que me recorre cuando cierro mis ojos y se me representa en vivo y en directo, los pornosos pensamientos al lado suyo.

—¿Atascado?

—¿Cómo, si no la puso?

Dos latidos después me percato de que la profesora me preguntaba si estoy estancado en el ejercicio y mi puñetero cerebro ya dio su veredicto final mientras el salón se inunda de risas que tratan de ser contenidas sin éxito alguno.

Y no quiero ni mirar el rostro de la docente que se debe preguntar de donde salió este espécimen sexual que piensa con la polla en vez de con la materia gris de su trastornado cerebro.

—Perdón profe, es mi culpa por ser tan caliente y jodidamente perfecto —suelta Jung Kook señalando su cuerpo mientras eleva sus cejas, provocando que el salón se inunde de chiflidos mientras se instala en el rostro de la docente, un leve rubor que de inmediato pasa a tomate maduro.

—¡Pero qué dice Jeon! Mejor pasemos al siguiente punto.

Y como no podía ser de otra manera, la docente se retira y el chiste sigue sobre lo engreído que sonaron las palabras de mi "Soy tu papi chulo, caliente, sexi y maduro" ¿Y yo? Solo puedo agradecer al erótico payaso que tengo como novio en cuanto me observa y detalla con sus labios un "¿Todo bien amor? Te amo mucho" seguido de un cómplice guiño. A lo cual respondo con un leve apretón sobre su muslo mientras le muestro la hilera de todos mis dientes como naciente de sol en el oriente.

¿Y cómo sé que así me veo? Simple, por el brillo que me transmiten sus ojos. Diosss, aparte de ser caliente, también es sensible y hermoso... Necesito demostrarle con un pete lo que siento con las condenadas mariposas en mi pecho.

¡Maldición! Pensar con la cabeza inferior me está dejando tieso y mucho que pasar desapercibido no me estaría saliendo cuando escucho a mi costado que gritan "el encarpado" y miro nada disimulado.

—No les hagas caso, mi amor. Es envidia, y de la mala, porque tú tienes este cuerpecito cuando y dónde lo desees —suelta Jung Kook todo engreído a medida que el salón se vuelve a llenar de algarabía y fuertes silbidos.

—Eres un idiota, pero estás perdonado porque necesito de tus labios —anuncio bajito mientras lo tomo de la solapa de su deportivo saco para estampar sus labios junto a los míos.

¡Ahhh! No hay mejor marca personal que la unión de nuestros labios mientras me pierdo en la textura de ellos y todo me importa un carajo... Como que planificar se me da bien de lejos, pero cerca de mi adonis me estaría importando todo un reverendo bledo.

"Un temita para tratar en la próxima terapia..." Ya hasta me imagino la cara asombrada de la terapeuta y sus cejas elevadas. Por mientras, me aferro a que mi sexualidad está en aumento y reprimir no cambiaría nada más que retrasar el posible avance personal de mí, sobre cómo me planto en la sociedad... Sociedad que no hace más que aumentar mis dosis de ansiedad cuando me quiero embolar y no me dejan.

Las clases terminan con un Jung Kook que realiza las tareas de mañana por tener entrenamiento y tener que quedar luego limpiando los baños y vestuarios mientras su novio (o sea quién les habla) está colgado como un koala sobre su espalda mientras me embebo del calor de su cuerpo.

—Bebito, debemos organizar lo del trabajo práctico —suelta Tae a medida que la gringa se posiciona a su lado y creyendo que no los vemos, se acarician.

—¿No era más fácil quedarse con tu tapadera de la realidad que venirte a trabajar conmigo? —suelto todo maduro y decidido, sin demostrar que me enervaron los nervios y los celos se me salían por cada agujero.

—¡Pero qué te haces el superado! Que ya me dijo tu media naranja que me tienes celos... ¿Acaso temes que tropiece y caiga de boca abierta sobre cierta dureza?

La miro sin observar nada realmente, porque creo que los celos me nublaron hasta la visión periférica mientras escucho la risa bajita, gruesa y profunda de Jung Kook y me ablando como manteca afuera de la heladera.

¿Acaso este muchachito quiere que me dé algo por usar demasiado el cerebro? Lo siento, no da para tanto más que para quedarse embobado mientras te veo y te pienso.

—¡Lista la tarea! Comamos algo juntos y dejen en paz a mi bebito. La abstinencia está haciendo estragos en su cuerpito —anuncia el tarado mientras tira de mi brazo para sentarme sobre su falda.

Y podría comerlo ahora mismo sintiéndome bendecido por sentir su calor a través del fino pantalón que le hace un trato justo a mi trasero.

—Bueno, si insisten me sumo, y de paso, acordamos lo del trabajo.

Gracias por pasarte ♥️