➡️Cap.19🔙

570 112 62
                                    

¡Odio que el mundo sepa lo que siento! ¡Detesto que puedan ver sobre la caparazón que tanto me costó formar a lo largo de este tiempo!

Pero con Jung Kook, pareciera que no importa cuanto lo intente, siempre termina derrumbando cada una de mis barreras. Así es que dejo que -nuevamente- me abrigue con el calor de su cuerpo sintiendo que puedo salir adelante. Que puedo respirar a pesar de todo el torbellino que siento recorrer por cada fragmento de mi cuerpo.

—Vamos bebé, te vas a congelar —dice a medida que me lleva envuelto entre sus brazos hasta el medio de transporte en donde haré simbiosis con su magnífica espalda.

Y daría lo que fuera en estos momentos, porque me arrulle sentado sobre su falda como un pequeño niño necesitado de mimos. Aunque visto desde otra perspectiva (y no desde la negativa mía) bien se podría interpretar que ahora se encuentra calmando mi tempestad mediante suaves caricias a mi espalda.

¡Dios! ¿Cómo es qué desistí de luchar por lo que siento hace tiempo atrás? ¿Qué malditas situaciones llevaron a que no pueda verte o no me vieras, en ese momento?

El viaje se hace relativamente corto mientras dejo pasar -uno a uno- el martirio de mis pensamientos. Pareciera que la falta de filtro que conecta el cerebro con mi boca se tomó más de media copa, quedándose dormido o extraviado en algún rincón de mi soma.

—Llegamos —dice Jungkook a medida que desciendo en total silencio de la moto. Y sin querer observo de reojo, como direcciona la visión de sus ojos a la casa de su supuesta novia.

Cierto, aquella que tiene la dicha de llevar el nombramiento... "Maldito idiota". Me retruca mi propio cerebro a medida que me alejo sin despedirme siquiera.

Y grande es mi sorpresa, cuando reviso mis bolsillos y se me viene a la cabeza el llamado de mi progenitora... Estoy seguro que consultaba si tenía las llaves de la casa sopesando al nabo de su hijo. Encima, ella tiene guardia hasta bien entrada la mañana y yo no tengo facultad hasta después del medio día.

—Lo que me faltaba —susurro resignado y propenso a morir congelado si me siento en el descanso lo que resta de la madrugada.

—¿No hay nadie en casa? —dice a mis espaldas ¡y casi se me sale el corazón del maldito susto!

Me había olvidado de un pequeño detalle, Jungkook y su condenada campera. Así que sacándome la prenda le respondo: —Dentro de un rato me abren, ten, toma tu campera.

Pero contra todo pronóstico, aquel que quiero besar hasta bien entrada la madrugada, me arropa nuevamente y me suelta: —Déjate la campera que estás temblando. Ven, te acompañaré hasta que abran la puerta.

Y ¡Maldita sea! ¿Es qué acaso este muchachito quiere derretir mi pobre corazoncito?

Así que me apuro y le digo venenoso antes de que me salte la miel por los ojos: —Mejor vete, no vaya a ser que tu novia despierte y te vea acompañando al Jimin incorrecto.

—¿Se puede saber qué sucede contigo? —suelta exasperado —. No sé si te hice o dije algo malo porque te enojaste conmigo. Luego lloras y no sé cómo ayudarte. Y cuando quiero cuidarte y acompañarte, me atacas como si fuera tu maldito enemigo —exhala profundamente y vuelve su oscura mirada hacia mi rostro que debe ser un poema en estos momentos —. Solo... no me alejes, ¿quieres? ¿Y la gringa? Ella está dormida, así que no me necesita —finaliza ante mi conmocionado rostro.

Así que luego de observarlo por un buen rato, como si le hubiera crecido otra cabeza, carraspeo y miro incómodo hacia otro lado.

Durante el pasaje de interminables segundos que transcurren sin saber cómo responder a sus palabras, más que tirarme hacia adelante y comerle la boca a besos, percibo que mi culo se congela. Entonces, tomando real conciencia de mi patética situación, le suelto: —Me olvidé las puñeteras llaves adentro. Y mi madre no regresará hasta bien entrada la mañana. ¿Todavía piensas acompañarme?

—¿Pero acaso estás de coña? ¡Se me están congelando los huevos! No se diga más, vamos a casa.

—Si, mejo... —me freno en seco cuando estoy por contestar y me doy cuenta que dijo "vamos" y no un "me iré" a casa —. ¡Yo no voy a ningún lado! —le suelto de brazos cruzados y "re" malo.

—Mira, no te estoy preguntando, te estoy diciendo que nos vamos. De seguro tu madre se pondrá contenta de que tu blanco culo duerma calentito y no quede congelado como piedra. A parte, tenemos facu luego del medio día recién, así que nos da tiempo de dormir y comer algo —anuncia como si nada y encendiendo su motocicleta.

"¿Pero qué mierda esperas? ¡Es tu maldito momento!" Me dice mi traicionero cerebro, pero la poca cordura que me queda cuando revoloteo a su lado, me dicta que tenga cuidado.

Así que me incorporo tratando de poner en la balanza el asunto hasta que escucho —¡Dale, súbete y vamos que me estoy congelando!

Y cuando quiero meditar de nuevo, mis traicioneras piernas ya me habían llevado hasta montarme en su bendita motocicleta. Así que "más que enojado" me aferro a su torso, apoyando mi mejilla de costado e inhalando profundo de su masculino aroma. Pero luego, un firme agarre hacia mi mano hace que eleve la cabeza —. Bebé, ponte el casco —sueltan sus finos labios, haciendo que me pierda nuevamente en ellos.

Creo que a esta altura, Jung Kook sabe que me tiene como quiera y aún así, lo único que percibo desde sus acciones, es cuidado hacia mi persona. Y eso, malditamente me emociona...

¡Demonios! No quiero volver a llorar en lo que resta de la noche, así que haciéndome el guapo le suelto: —Dame eso idiota —arrancando el casco de su maldito brazo.

—Haz regresado —dice el tarado con un deje de sorna enmarcado en su agraciado rostro — Y abrázame fuerte que ya te dije que se me congelan las bolas —anuncia.

Y ni lerdo ni perezoso y valiéndose un carajo mi vecina, le tomo el bulto diciendo: —¿Aquí, o más arriba?

Él, se ríe profundamente y negando con su cabeza, saca mi mano de su entrepierna, para luego juntar sus manos con las mías sobre su cintura y responder: —Aquí mejor, por ahora.































Dios mía!!😏

Que no duerman, dice mi trastocado cerebro😈🤣

Los amito mucho♥️








"Si Pudiera ser ella"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora