"Si Pudiera ser ella"

➡️Cap.71🔙

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USO DE PALABRAS MALSONANTES, NO LEER SI NO ES DE TU AGRADO. GRACIAS.

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—Usa mi boca...

Salió como un urgente pedido necesitado de que haga con mis labios lo que le dé la condenada gana. Hirviendo de deseo ante la impresión de su firme tacto en cuanto sus ojos se oscurecen mientras desabrocho su bragueta. ¡Y maldita sea! Su firme toma a mis cabellos me trastoca, así como la manera en que mueve mi cabeza sobre la humedecida tela que recubre su venosa y dura polla.

—Primero, usa tus dientes y lengua —escucho en una firme orden mientras inhalo de su almizcle aroma... Aroma que me llama a devorarlo a medida que mi desfachatez aumenta con creces.

Entonces, lo muerdo por encima de la tela marcando el contorno de su caliente tronco venoso mientras jadea. Y me calienta... Deseo sofocar mi garganta con su larga dureza mientras recita que soy su puta y de paso me felicita, como todo un buen niño obediente que se traga todo su simiente sin perder el resguardo del renegrido cielo que son sus oscuros ocelos.

Pero pensarlo en una cosa y vivirlo es otra, porque de un momento a otro, gruñe y exige que abra mi atrevida boca. Y lo siguiente que noto es que casi no respiro mientras siento perforar mi condenada coronilla y se me saltan los ojos de tanto que me atoro. Nada suave y sutil viene siendo su exigente mandato. Y al contrario de lo que puedan pensar los otros, solo deseo que mi cavidad se acostumbre pronto para poder tragármelo todo.

Percibir la respuesta de mi cuerpo a medida que aprieto -con fuerza- los músculos de sus muslos y glúteos, debería ser un pecado; que sumado al dolor de mi cuero cabelludo se transforma en un agonizante trance afrodisíaco. Y solo puedo rogar, internamente, por que me lo haga aún más duro y desfallecer bajo su firme mandato.

Y como un demente, en un momento lo muerdo, recibiendo una sonora cachetada que me hace vidriar mis ojos. Y contrario a todo, aún más me envalentono forzando mis labios a tragarme todo mientras no pierdo el resguardo de sus ojos.

—Eres una pequeña mierda golosa y encima, te gusta... Me traes enfermo de deseo, mi putita de polla —anuncia viniéndose largo y duro.

Largando un espeso, caliente y abundante simiente que se escapa por los lados de mi boca mientras me apresuro a usar mi lengua como franela de limpieza que deja reluciente su miembro mientras restos de saliva y de semen chorrean por los costados de mi boca. Y lejos de darme asco, todo me apasiona.

—¡Mierda! Necesito comerte el culo ahora... Te miras tan obsceno chorreando mi leche, que no veo la hora de follarte con mi lengua...

¡Y Dios mía! La promesa de su boca sobre mi fruncido agujero, que boquea buscando apretar su verga, me hace temblar las piernas.

Deseo en estado crudo hierve por cada fragmento de mi cuerpo a medida que me incorporo con ayuda de sus musculosos brazos... Brazos que tienen que retenerme en el fallido intento de mantenerme derecho.

Y como si fuera poco, limpia mi pegajoso rostro con su lengua, terminando por hundirla en lo profundo de mi garganta mientras percibo cómo aprieta cada una de mis nalgas. Luego, su flácido miembro se esconde bajo tela a medida que busca las llaves de acceso sin dejar de apretar con fuerza mis nalgas.

—M-me dejarás m-marcado si me s-sigues apretando —suelto medio asfixiado por su arrollador beso a medida que ingresamos.

—Nada me dejaría más satisfecho que marcar como mío, tu culo. Deseo tantas cosas contigo que temo perder el control absoluto —dicho esto se detiene, apresando mi endeble cuerpo entre la pared y su fornido tomo, acariciando con suma ternura mis mejillas en tanto apoya su frente a la mía y susurra: —Solo... Solo dime si es demasiado y enseguida me detengo... Yo, lo lamento... Me siento un maldito depredador al que debes detener antes de que te consuma por completo.

—Siempre te haré saber si algo es demasiado —anuncio no muy confiado de mis dichos. Y por la mirada que me devuelven sus renegridos ojos, no me creyó en absoluto —!Lo juro! —rápido aseguro.

—¡Dios! —deja caer su frente sobre mi hombro —. Lamento que saques el animal que llevo dentro, te juro que no es mi intención exponerte, pero es más fuerte que mi determinación a no hacerlo. Y encima, verte todo receptivo y decidido a acatar cada cosa que te digo, me vuelve un maldito demente. Vicioso y codicioso por poseerte, por llevarte más allá de lo que nunca te hubieras imaginado aguantar. Por marcar cada parte de tu cuerpo como un recordatorio o premio... Lo siento bebé, realmente lo lamento.

Finaliza su discurso derrotado, tratando de explicar lo inexplicable para mí y para él. Aunque ya me había dado cuenta -en este último tiempo- que el sexo vainilla como tal, no es santo de su devoción. O mejor dicho, no es su habitual predilección. Y no sé si sentirme privilegiado de sacar sus más bajos instintos o tener miedo de asumir que puede ser que a mí, me guste más así también.

Luego de unos interminables segundos que parecen dejar huecos vacíos entre nosotros, anuncio mientras acaricio con ternura sus teñidos cabellos: —Jung Kook, puede que me guste un poco... O algo demasiado, el trato rudo... No sé si para arrodillarme mientras me dices que ladre, pero sentirte dándome firmes órdenes, logra hacer un nudo dentro mío que se retuerce por complacerte cuanto antes —percibo la tensión de su cuerpo a medida que suelto con cautela, cada una de mis palabras —. Y no estoy mientiendo, no es solo por complacerte si hablamos de satisfacción al fin y al cabo... A mí, también, me encanta como se siente.

Mi fortachón novio eleva su cabeza mientras respira pesado y profundo. Y no sé qué es mejor, si sentir el asfixiante calor de su cuerpo pegado a mi tomo o percibir el deseo que brota con la misma intensidad que su calor.

—Bebé, soy un maldito afortunado y no sabes cuanto te amo. Pero si no te tengo ahora mismo, en mi cuarto y en cuatro mientras me como tu delicioso culo, me va a dar algo —afirma a medida que siento presionar mi vientre con su glorioso y duro falo.

Que cosas no?👀

🥴🤣

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